LATE
AL RITMO...
Camina
siempre el latido,
al
ritmo de la canción,
de
los pasos del camino.
Cada
latido un instante,
de
ese fragmento vivido.
Como
un tenaz diapasón,
la
emoción cobra sentido.
Una
gota que se agota,
en
el tiempo recorrido.
Farolas
en el camino,
que
marcan la propia senda.
Luces
que viven y alientan,
el
escabroso destino.
Destellos
entre las sombras,
ente
latido y latido.
Un
diminuto intersticio,
por
donde la vida aflora.
Polvo
que el viento se lleva.
Palomas
que el aire alcanza.
Brisa
que el rostro acaricia,
en
su vívida semblanza.
Tifón
que al batel derriba,
en
las procelosas aguas.
Brizna
que viene y que va,
entre
la furia y la calma.
Latido
que se adelanta,
cuando
el sentimiento grita.
Al
ritmo de la templanza,
vive
en silencio el sentido.
Galopa
ausente el latido,
de
la paz que se derrama
Y
se alteran las entrañas,
con
el furor de su grito.
Plácida
bebe la alondra,
de
los charcos del camino.
Mientras
atento el felino,
en
tensión vive en la sombra.
Bebe
el corazón la sangre,
que
como un arroyo fluye,
en
cada nuevo latido.
En
la ávida razón,
busca
la verdad su sino.
Se
va acomodando el sueño,
en
su apaciguante ritmo.
Se
va acompasando el tiempo,
en
el sueño reprimido.
Se
atempera el corazón,
pausando
cada latido.
El
amor vive soñando,
abrazándose
a su ritmo.
A.L.
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10/02/2020
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