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Mostrando entradas de diciembre, 2022
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  EN ESE MAR INMENSO No sabe el amor de condiciones. Que emerge con alocado ímpetu. De vaguedades, no sabe el corazón. Que sabe de pasión y de verdades. Y en manantial, sin control inmerso, va empapando cada fibra, cada cuerpo. Qué sabe el corazón de trajes nuevos, si bebe con pasión de antiguos gestos. Y va pintando en ancestrales lienzos, cada guiño, cada intención y cada gesto. Ardiendo cuál fogata con denuedo, sabe más de calor y de deshielo. Como sin fin, en tobogán se entrega, a un deslizar errático y sin freno. Nadando en aguas cálidas sí flota. Y sabe de quimeras y de sueños. Sabe bien el amor, que no es madera. Que está hecho de una ilusión ignota. Amor, que va ganando la partida, que juega con denuedo contra el tiempo. Y al son de melodías y amados ecos, va forjando sus versos día a día. Un corazón, que en armonía latiendo, abrazado al amor, quiere ser dueño. Algunos ya se van, otros se fueron, y la indeleble huella queda impresa. Otros ve
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  SILENCIO QUE ABRUMA Canta el ave entre el sonido. Y el silencio, ante los truenos, deja al ser enmudecido. La vida, su curso sigue, entre atronadores gritos. Tan solo hablan los silencios. Sobre la alfombra de brumas, sobre el reflejo que asoma. Vive el soñador que añora, lo que se fue, lo perdido. Y sollozando en la cuna, respira en sueños lo vivo. Vivencias, que son quejidos. Que como latentes penas, van tachonando el camino, de innumerables presencias. La voz huera se silencia, como en el estante el libro. Y va enmudeciendo el verbo, entre notas de silencio. Mientras los arpegios crecen, entre aberrantes sonidos. Un manantial de promesas, desembocando entre ruidos. El canto llega a la cúspide, envuelto en bellos sonidos. Mientras se olvidan los ecos, de perennes cicatrices. El color de los matices, muestra el verdadero rostro. Verdades, que son silencios. Mentiras que son despojos, de vivencias sin sentido. Y un carnaval de sonidos, d
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  EN UN SUSPIRO INMERSO Inmerso en el suspiro que me abruma. Más parece que el aire huele a verso. Ese es el placer que me sublima. Y al sentir, el más cálido aliento, bebo así, rozando el sentimiento. Y no es ni cerrazón, ni calentura. Amor entre promesas, que resulta, ser de otros recuerdos, bella espuma. Un corazón, que vive en el deshielo. Una emoción, que vive en un poema. Y así, cruzando el círculo fantástico, nadar en las bellísimas auroras. Entre las dunas del desierto anida. Un corazón, que de arena cristaliza. Se han quedado estáticos los vientos. Y al ver la soledad que me acaricia, del fondo del abismo voy bebiendo. Un resplandor, entre la ácida calima. Abrazado a la vida vivo y sueño. En despertares que evocan al misterio. Y en ese devenir, que voy dudando, siento, que solo en un matiz, se mira el Universo. En un espejo, al verme, me conmuevo. Solo siendo un reflejo, al verme me renuevo. Albores de momentos que no olvidan. Que hablando
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  EN DOS MITADES... Arduo el esfuerzo de quien camina, con la mochila repleta de odio. Y de quien anda, con el desprecio, en las entrañas, latiendo dentro. Entre las vidas, se esconde el necio. Y el vil rastrero, que contamina. Se van quedando por el camino, de la experiencia, finas esquirlas. Huérfanos ecos, como reliquias. Sonidos huecos, como sordinas. Y van quedándose entre los huecos, voces sin ruido, como silencios. En dos mitades, se quedó el tiempo. Lo que se vive, lo que termina. Y entre dos tiempos, se van quedando, viejos amores, que no se olvidan. La tierra se abre, para acogerlos, y en lo más hondo, quedarse dentro. Amor sin brumas, amor auténtico. Vivir sin miedo, cuál vive el héroe. Nadar en aguas, hueras de cieno. Y sentir dentro, como un resorte, que salta al verlo, para sentirlo. Y el sentimiento, sigue existiendo. Se van quedando, como en la nada, quienes sufrieron hambre y desgracias. Se van quedando, como promesas, como guijarr
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  FRÁGIL MEMORIA Se quedan en la memoria, las palabras que nos hieren. Como pertinaces gotas, que hasta la piedra perforan. Con alas de plata besa, el mar a las caracolas. Suavizando las aristas, de la endurecida roca. Canta el ruiseñor, y deja, ricos sonidos que apresan. Y dejan, como guedejas, en el corazón sus trinos. Hay recuerdos que se borran. Otros, como muescas, quedan. El viento horada las rocas, en su irascible insistencia. Hay amores que recuerdan, de pasión, bellos momentos. Otros, en el alma, dejan, impactos, que son eternos. Como la brisa acaricia, con su suavidad los rostros. Hay, delicados instantes, que impactantes dejan huella. Aflora a la faz la vida, que en la piel, los surcos deja. Regueros son, como muescas, de la experiencia vivida. Son los párpados cortinas, que ocultan lo que suspira. Como el amor, que entre rejas, va creciendo, como el día. Deja a su paso un rimero, en su transitar la vida. Un manantial de verdades,
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  TIEMPO Y VIDA VAN UNIDOS Se van marchando los días, ungidos de tiempo y vida. Como veleros se van, en singladuras distintas. Y se van, como se fueron, más brotarán nuevos días. Son angostos los caminos, y son amplias las praderas. Estrechos son los senderos, y más delgadas las sendas. Cuanto más ancho el pensar, más fino es el pensamiento. No crece ni mengua el tiempo, que impertérrito camina. Pensar, allana el camino, de trampas y de acertijos. Son más libres quienes piensan, reos son, quienes se enquistan. El amor, ensancha el tiempo, que parece que no pasa. Como el dolor, que lo estira, cuál si de goma fuera hecho. Mientras lo estrecha la prisa, como lo veloz lo achica. Caminando más despacio, más se disfruta la brisa. Al pausarse, el pensamiento, es más profundo y auténtico. Se va estrechando el espacio, cuando el pensar está preso. Y así, da pasos la vida, intransigente o tranquila. Apasionada o anodina. Es amarga, agria o dulzona.
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  AÑO AUSENTE... El tiempo marca el camino, como una luz cenital. Y el aire vive contigo, como la piel, o el andar. Ahí va el año que se va. El nuevo ya se prepara. Mientras el tiempo, ni va, ni se queda, ni se para. Y en su pertinaz afán, camina el verbo entre prisas. En tan solo una sonrisa, cabe un sentir singular. Se va el año, sin parar. Y se van quedando atrás, las experiencias vividas. El tiempo, juega al azar. Amores que se quedaron, como huellas en la arena. Que las olas van borrando, con mágica lengua líquida. El año se va marchando, entre claros y neblinas. Mientras las pieles se arrugan, reviviendo lo pasado. Y en una doble pirueta, camina y sueña el poeta. Y va dejando secuelas, en el aire, como estelas. Año que viene, y se irá, como se van quienes fueron. La vida es un transitar, entre realidad y sueños. Tiempo, que deja al pasar, su impronta, como un reflejo. Que brillando entre las sombras, mira al ser, como un espej