DE
LA VIDA QUE SUMA Y QUE RESTA
Del
zaguán,
donde
vive el recuerdo.
La
antesala,
de
los viejos sueños.
Acechando,
se
esconde la idea,
que
se niega,
a
vivir con recelo.
Se
ha olvidado,
la
mágica regla,
que
conduce al respeto.
De
la voz,
soñadora
y profunda,
que
elevaba la idea,
al
Universo.
La
materia,
del
ser se apodera.
Con
la garra,
clavada
en el pecho.
Del
sonido,
que
en grito sucumbe,
para
dar,
libertad
al pensamiento.
La
pradera,
se
viste de rojo,
de
la sangre,
que
nace de dentro.
El
poder,
sobrenada
en las venas,
de
su esencia,
se
embriagan sus egos.
Cuando
merma,
la
tibia conciencia,
la
verdad,
se
derrite en los dedos.
De
justicia,
hasta
el cieno se ha vuelto.
De
la voz,
que
al sentir enmudece,
replegada,
entre
dudas y miedos.
Del
vestido,
que
nubla lo auténtico,
en
la carne,
refleja
el suplicio.
Una
nube,
que
tapa y que cubre,
de
amor,
su
febril sacrificio.
El
sendero,
se
torna imposible,
cuando
el necio,
se
posa en la cumbre.
Del
amor,
las
pasiones que arrasan,
cual
ciclones,
sembrando
suspiros.
Y
la vida,
que
vive a su lado,
de
su esencia,
impregnando
lo vivo.
Una
flor,
que
revienta en colores.
De
su fuerza,
se
forja el destino.
A.L.
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25/02/2020
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