EN
LA FRAGOROSA VIDA
Quiere
el humano fronteras,
y
salvar su intolerancia.
El
odio fija su estancia,
junto
al miedo que prospera.
Coloridas
las banderas,
que
más que sumar, distancian.
No
se justifica el fin,
con
un pedazo de tela.
Alboradas
de ilusión,
que
despiertan en las luces.
Preñada
empieza la vida,
de
pensamientos que surgen,
envueltos
en la costumbre.
Alas
precisa el gorrión,
para
volar en la brisa.
El
amor vive entre cruces,
para
alcanzar la pasión.
Quiere
el humano fronteras
y
la mirada cercar.
Con
grilletes en los ojos,
solo
mira a sus antojos,
en
tambaleante caminar.
Se
diluye la conciencia,
perdida
entre los rastrojos,
de
falsa felicidad,
que
se mira de reojo.
En
la conciencia luciérnagas,
que
en sus danzas iluminen.
Como
faros que dirigen,
al
barco en su travesía.
Ojos
que a distancia miran,
para
entender la existencia.
Con
la pupilas alertas,
para
auscultar la energía,
que
nace de la belleza.
Quiere
el humano fronteras,
para
dividir la senda,
que
libera las trincheras.
No
sale la voz a fuera,
que
dentro termina enferma.
Ojos
en blanco que miran,
lo
opaco de lo que vibra,
de
la vida en sus esencias.
Se
va quedando en rendijas,
el
respeto que se achica.
Mientras
la vida germina,
en
las imperfectas grietas.
Amor
que fluye y que rima,
en
las empinadas cuestas,
de
la fragorosa vida.
A.L.
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07/02/2020
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