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Mostrando entradas de marzo, 2023
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  YA SE DUERME, YA DESPIERTA Ya se levantan los sueños. Y se duermen las estrellas. Ya brilla el alba en la huerta. Y se adormecen las ninfas. Ya despiertan las miradas. Y se duermen las libélulas. En el mar, cuando amanece, las aves, ya se reflejan. Y en un alarde de fuerza, el día, ya se despierta. Lleva en el rostro la vida, que, amodorrada despierta. Ya el sopor se despereza. La mirada, ágil, se torna. Y los pétalos ya brillan, del rocío que las impregna. Ya se duermen los recuerdos. Y la realidad despierta, entre ruidosos bostezos. Ya la voz, que ronca estaba, se va tornando más clara. Los sauces siguen llorando, aunque sean plácidos sueños. Ya la vida, te hace las cuentas. Que no se rinda el poeta, esté, soñando o despierto. Que ya se levante el verso. Ya se aman las estrofas. Ya entona el mirlo, sus cánticos. Y ya, las flores noctámbulas, con fluidez, abren sus pétalos. Y el poema, ya tiene forma. Ya el amor, llama a la puerta. Y una m
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  COMO LA NORIA, GIRA Carrusel de emociones, que desbordan la calma. En las horas tempranas, cuando despierta el alba. Acaudalado cofre, repleto de esperanzas. Y un brote de ilusiones, ahíto de añoranzas. Cangilones que giran, cargados con las almas, de una noria infinita. De la ausencia una esquirla, de un corazón que clama. La vida que se agita, revuelta en sus entrañas. Corazones que gritan. Se suceden las horas, como páginas vivas. En las hojas no escritas, de una vida que añora. De rictus, una historia, de gestos, atestada. Y amantes entre líneas, del libro de la vida. La pasión desatada, de emociones que afloran, como corrientes vívidas. Y la flor florecida, que en la cizaña llora. Que el rocío satina, con su pulcra mirada. Una fuente que mima. Y al retomar el sueño, de una soñada vida. Se repiten los ecos, de otras ocultas vidas. Un amor que palpita, con el roce del tiempo, entre los tibios huecos, que los sueños olvidan. Así,
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  TE VEO... Te veo entre los pliegues, que deja la memoria. En las sombras te veo. Y en las vagas penumbras. Te siento en los lugares, donde la vista alcanza. Y te aprecio en las suaves, texturas de las sábanas. Te veo en los caminos, cuando el Sol se desnuda. Y siento entre los labios, el sabor de tu boca. Y al sentir lo que siento, ya no siento la aurora. Te siento en los cabellos, y en los vellos que afloran. Al vivir entre sueños, los recuerdos se acoplan. Entre los sentimientos, que al corazón devoran. Cuando las pesadillas, del sueño se enamoran. Te veo en los dobleces, que deja la vigilia. Y así, camina el tiempo, Envuelto entre las luces. Absorto en los matices, de amores de otros tiempos. En las rendijas te veo Y entre los recovecos, que dejan los dolores. Te amo en los silencios, y te amo, si te pienso. Y el verso redivivo, se queda en los recuerdos. Te veo entre los versos, y en el poema que escribo. Angel L. Perez ®
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  POESÍA ES... La poesía es la gota, de una lluvia obligada. Una luz cegadora. Una corriente íntima. Unas voces que añoran. La versátil pupila. La voz enamorada. La lágrima del alma. De una volátil ninfa. La poesía es el canto, de un verso que palpita. Unos huidizos ojos, que al morir resucitan. Una flor ya marchita. En las alas de la ausencia, vuela la poesía inmersa, en los recuerdos pasados. E impregna cada molécula, de la sangre, que se altera. Y son sus notas arpegios, de instrumentos del pasado. Intemporal la poesía, que no rinde pleitesía, ni a caciques ni a villanos. Es un soplo de aire fresco. Una bella fantasía, que enamora al ser humano. La brisa, que lleva un beso. La poesía es como un mimo, que una ninfa nos ofrece. Un manantial, un instinto. El aroma de la brisa, que a las rosas acaricia. Una brillante sonrisa, de unos labios sugerentes. La poesía es como el ave, que el viento mece en el aire. La fragancia de los lirios, floreciendo en primavera. Y una emoción verdadera,
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  POEMA INACABADO En silencio quedó el verbo. Los trinos enmudecieron. Amainando quedó el viento. Quedó el sonido en suspenso. Y los sin voz reclamaron, techo, comida y derechos. Tembló la Tierra en su lecho. Dentro del espacio inmenso. Se estremecieron sus núcleos. Y se quejaron sus centros. Se alarmó, hasta el Universo. Agitándose los astros. Y en un revés del destino. En un gigantesco soplo. Quedó dormido el gigante, en los múltiples despojos. El Sol brilló tenuemente, a penas mates sus brillos. Más la vida renació, de entre los grises escombros. Surgiendo de las cenizas, seres vivos, variopintos. Y en esas múltiples vidas, creció el amor entre gritos. Bailaron todos los seres. Todos cantando al unísono. Sin despreciar el color, de sus carnes y sonidos. Los emplumados cantaron, a voz en grito sus trinos. Amores entre los cirros. De níveas lunas, dormidos. Canciones entre los mimos. Y sollozos en las cunas. Sollozantes, como augurios.
  FLORECE AL FIN. Canta el ave, y entre sus trinos, se adivina la esperanza. De las semillas renacen, los frutos que las saciaban. Y planean las golondrinas, en busca de la pitanza. La flor, sus hojas despliega, como variopintas alas. Y el amor, viste de gala. Ya florecen las cosechas. Se viste de azul el viento. Y a romero huele el aire, cuando amanece en el huerto. De luces muestra el jardín, su paleta de colores. Rejuvenecen las aves, dando a luz a sus bebes. Parece inicio, y no fin. El corazón enjaulado, abre las puertas al fin. Y los trinos, como coros, llenan árboles y prados. Y ya florecen por fin, esas vidas que hibernaron. Se quedaron sepultados, los fríos expuestos al sol. Y un sinfín de malos tragos. Y amores, que ya olvidados, se desprenden del pasado, y entre los recuerdos vagos, relucen con un candil. Vuelve el verso a sonreír, con los poemas de antaño. Y el amor de verde a añil, reverdece ya en los tálamos. No desmaya el colibr
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  SIN HUMILLARSE, HAY QUE AMAR Cree el poderoso que es libre, y que el obrero es su esclavo. Vive, creyendo que es amo, del alma de sus vasallos. Más, no sabe ese patrón, que tan solo tiene precio, pero, no tiene valor. Mal favor hace a la vida, quien ante el amo se inclina. Y se arrastra de rodillas, como un áspid reptador. Dando a lo vacuo valor, e importancia a lo que brilla. No se somete el león, que devora a quien le humilla. Caminan siempre de pie, quienes jamás se arrodillan. Con el sudor en la frente, y en los ojos la verdad. Y amando la dignidad, sus hechos dan el valor. Y en su laborar, se explica. Ama el labriego, el terrón, de la tierra que le obliga. Ante la cual se reclina, porque es madre, no patrón. Y la tierra, entre sus manos, la siente cuáles caricias, que ensanchan su corazón. Y así, soñando con ser señor, va doblando las rodillas, quien ante el precio se humilla. Qué no entre en el corazón, la humillación ni la envidia.
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  COMO SÍLFIDES QUE BAILAN Va forjándose el poema, en la fragua de los tiempos. Afinando sus relieves, a golpe de amaneceres. A su núcleo carácter, con el tesón de los años. Y en su materia, grabando, cada línea, cada letra. Ya acude el verso a la hoguera, donde vuelan las pavesas. Y entre las brasas macera. Entre las llamas, esbeltas. La fuerza del fuego templa, la pasión que le arrebata. Camina sobre las brasas, con el valor que le alienta. Va creándose el poema, con el aliento del alma. Y en el corazón se mece, con los latidos que emergen, de la vida, que está llena, de los pensamientos que aman. De la fragua, las cenizas, con las vivencias pasadas. La rima, extiende los brazos, para alcanzar al poema, que entre el humo ya navega. Se escurren, entre los dedos, los escurridizos versos, que palpitan como llamas, en las orgullosas ascuas. Latiendo, canta el poema. Amor, que al poema alcanza, en su fugaz trayectoria. Esquivando los embates,