GRITA EL SILENCIO

Piensa en llenar el vacío,
el hondo hueco que aclama.
Un grito que se derrama,
en el profundo infinito.
Insondable es el abismo,
que desde el fondo le llama.
Una sima que le mira,
respondiendo a la mirada.

Grita más fuerte el silencio,
que, a veces, el mismo grito.
Más potente es el silencio,
que se eleva del abismo
y en lo más hondo se gesta,
el valor de lo vivido.
Más razón tiene el silencio,
que el desaforado grito.

Voces, que como murmullos,
hablan de ausentes principios
y se callan quienes piensan,
afrontando el sacrificio.
Se desliza la voz queda,
dando verdad a lo vivido
y los gritos no se entienden,
en su proceloso ruido.

La voz, que en silencio nace,
grita buscando su sitio,
pero después se apacigua,
para encontrar su sentido.
Se desplaza entre matices,
modulando los sonidos.
La textura es importante,
en los gestos y en el mimo.

En el interior se fragua,
en el silencio infinito.
Donde lo auténtico nace,
al borde del precipicio.
Hacia a fuera se derrama,
como un caudaloso río
y las verdades se extienden,
como en el silencio mismo.

El amor vive en silencio,
con algún que otro quejido.
Se nutre de los sonidos,
de los ardientes latidos.
Vive y habla, medra y sufre,
pero en silencio, sin gritos.
A.L.
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20/02/2020

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