DEMUDA
Y CAMBIA
Bebiendo
de la vida,
nace
el humano.
Preñado
de fluidos,
de
sangre ungido.
Del
ser que se debate,
a
un cordón unido.
Un
vínculo de sangre,
del
amor concebido.
Naciendo
ausente,
va
creciendo en el seno,
del
fructífero vientre.
La
voz es muda,
que
rompe cuando emerge,
mágica
criatura.
Sus
rasgos beben,
del
ser que le defiende.
Ignorando
el futuro,
crece
y se embebe,
del
instante que vive.
Feliz
en brazos,
de
su entregada amante.
La
voz quebrada,
de
la amorosa madre.
Un
suspiro que llega,
una
luz titilante.
El
camino se cierne,
sobre
el sutil aliento.
La
ráfaga de viento,
que
crece y crece.
Un
pecho descubierto,
de
su interior emana,
manantial
de alimento.
Un
beso que derrama,
de
pureza cubierto.
Demuda
y cambia,
su
frágil esqueleto.
Crece
la carne ausente,
de
su febril encierro.
Rueda
fuerte la lágrima,
que
al rostro ofrece,
una
brillante pátina,
de
amor y leche.
Amante
verdadero,
que
sufre y mama,
de
la entraña que sueña,
con
amores y juegos.
No
hay luces más brillantes,
que
en el amor se granan.
A.L.
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24/02/2020
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