SOLEDADES QUE SE ABRAZAN



Soledades que se espesan,

con el paso de los años.

Y compañías de antaño,

que se diluyen cuál brisa.

El amor, si tiene prisa,

pues, ser lo mejor, anhela.



Soledad que me amamantas,

con la esencia de tu rima.

Y verdades, que hacen trizas,

las mentiras, que se espantan.

Y una forzada sonrisa,

que imita a supuestas danzas.



La soledad no se cansa,

de caminar sin las prisas,

que las vidas atenazan.

Fluye, libre, como viven,

voladoras esperanzas.

Y el tiempo, así la sonríe.



Soledades que se espesan.

Compañías que se ablandan.

Y entre la tierra y la luna,

se suceden las nostalgias.

Verso, que a la soledad abraza,

para rimar con el alma.



La soledad, que es etérea,

vestida de verbo anda.

Sumergida en sus efluvios,

que emergen de las entrañas.

Y un corazón que se ensancha,

entre inquietudes y calmas.



Amar en la soledad,

a la vida, que es hermana.

De sus caricias beber.

Y encontrando la beldad,

entre silencios que hablan,

ver un poco más allá.



La soledad vive dentro,

donde se gestan las brasas.

Las brasas de un fuego eterno,

que arde, con esbeltas llamas.

La soledad va rompiendo,

las fronteras que separan.



Soledad, que habla en silencio,

para entender lo que pasa.



Ángel L. Pérez ®

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04/07/2023

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