SIN NUBLAR A LO QUE BRILLA



Cambia el rumbo el timonel,

cuando la tormenta arrecia,

una nueva travesía,

anuncia experiencias nuevas,

y con cada amanecer,

la mirada se renueva.

De cero, nunca se parte,

el lastre, dentro se lleva.



Succiona el tiempo la vida,

y va marcando el sendero,

los surcos de la fatiga,

como mapas de la vida,

evidencian la partida,

el viento frena la huida,

más penoso es recorrerlo,

más numerosas las dudas.



Retoños en el jardín,

donde crece bajo tierra,

la savia que hace vivir,

el tallo emerge con fuerza,

y al ver por primera vez,

la inmensidad que le observa,

consciente es de su pequeñez,

pero, aun así, no se arredra.



Sigue el tiempo sempiterno,

señalando los caminos,

hay quien elige el sendero,

a quien la meta persigue,

y quienes buscan atajos,

para llenar sus aljibes.

El tiempo no atiende a signos,

ni a pendones ni banderas.



Albricias al descubrir,

la esencia de lo que nace,

pues la esperanza renace,

brota el manantial, y el aire,

da la vida por doquier,

regalando sus semillas,

como un noble sembrador,

que da a la tierra su vida.



Amor, que se da sin prisa,

sin dar un giro al timón,

sin nublar a lo que brilla.



A.L. (ángel l. pérez)

NO SOY LO QUE ESCRIBO...SOY, LO QUE TÚ SIENTES AL LEERME

(anónimo).

No guardo métrica alguna... Si así ocurriera, sería pura chiripa.


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17/05/2021

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