Y QUE LA VIDA ME SALVE

El corazón se querella,

contra la tozuda idea,

y la emoción se despierta,

el sentimiento se altera,

la mente se mueve inquieta,

y se conmueve la idea.

El corazón, siempre siente,

antes que la mente entienda.

El tiempo no tiene prisa,

elemental, sempiterno,

que te mira de soslayo,

simulando que no mira,

pero observa cada paso,

cada suspiro que expiras,

cada latir, cada aliento,

cada sentir, cada gesto.

En el desván los recuerdos,

donde de polvo se hacinan,

envueltos en privilegios,

o en un rincón recluidos.

Olvidados o queridos,

tan hermosos o desvaídos,

que se van desdibujando,

sepultados en sus nichos.

Déjame que viva al ritmo,

del latir de mis deseos,

o que me envuelva la magia,

para vivir lo que siento.

Déjame que vuelva a verlo,

la inmensidad del océano,

y poder sentir el alma,

regocijarse sin miedo.

La fuerza acude sin pausa,

torrente, que desde dentro,

hace fluir las esencias,

del núcleo de mis deseos.

La voz se queda entre medias,

esperando entre los ecos,

y la razón se concita,

con el corazón abierto.

Amar la vida que nace,

amar la vida que fluye,

como una intensa corriente,

de bellezas que te abducen.

Amar, sin pausa y sin tregua,

que el aliento no decaiga,

y ver la vida que crece,

quedándote sin palabras.

Déjame que crezca auténtico,

en la mente y en la sangre,

en la verdad y la justicia,

y que la honradez me salve.

NO SOY LO QUE ESCRIBO...SOY, LO QUE TÚ SIENTES AL LEERME

(anónimo).

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02/05/2021