VERSOS
QUE VIENEN Y VAN
El
mar se torna violento,
la
vida vuelve y se agota,
el
verso sueña y entona,
de
nuevo sus fundamentos.
La
voz seduce y adorna,
con
matices lisonjeros,
mientras
la mirada brilla,
enamorando
al lucero.
La
ausencia se va quedando,
en
los olvidados huecos,
en
la grisácea penumbra,
donde
dormita el deseo.
Nuevas
sensaciones nacen,
como
bellos rododendros,
elevándose
orgullosos,
a
los espacios sin tiempo.
Versos
que vienen y van,
en
controvertidos tiempos,
ahítos
de sentimientos,
siempre
libres de maldad.
Presos
en el interior,
pero
rebeldes saliendo,
abrazándose
a los vientos,
para
entonar su verdad.
La
mar en calma dormita,
como
una manta de brisa,
que
respira dignidad.
La
vida en su seno cambia,
vive,
muere y sacrifica,
en
sus regazos envuelve,
vivas
pasiones e iras,
de
un enorme corazón.
Se
va alargando la luz,
que
se refleja en las risas,
brillantes
en las sonrisas,
que
en los labios se perfilan,
un
lucero se arrodilla,
en
el sutil resplandor.
Rojas
rosas de pasión,
en
las palabras sencillas.
Verso
que al amor incita,
con
su intermitente voz.
Susurra,
pero no grita,
para
sosegar la prisa,
que
le pide el corazón.
La
vida es un diapasón,
que
al unísono se agita.
La
impenitente canción,
que
no muere ni se olvida.
A.L.
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12/03/2020
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