AROMAS
DOBLANDO EL TIEMPO
Olores
de sueños viejos,
que
como fantasmas vuelven,
a
refrescar los recuerdos.
A
fuer de no ser reales,
se
manifiestan auténticos,
e
inundan distraídos órganos,
como
si estuvieran frescos.
Perfumes
que rememoran,
amores
y desconsuelos
y
como sombras te siguen,
en
las sábanas, en sueños.
Aromas
que se diluyen,
en
el devenir del tiempo,
como
fútiles encuentros,
o
ahítos de sentimientos.
Cuales
tozudos viajeros,
viajan
en el pensamiento,
con
las mochilas cargadas,
de
efluvios de rancios hechos.
En
las mentes se detienen,
para
repostar recuerdos
y
se desnuda su aroma,
sin
prejuicios ni recelos.
Vuelven
sueños aromáticos,
henchidos
de amores tiernos
y
se desvelan matices,
que
antes no se percibieron.
Tozudos
y asintomáticos,
como
románticos celos,
retornan
como la nieve,
volviendo
a vestir el cerro.
Se
van quedando prendidos,
como
jirones de sueños,
en
las mentes soñadoras,
que
se recrean en el tiempo.
Su
olor al vivir trascienden,
como
nobles sentimientos
y
de vez en cuando prenden,
como
leños en el fuego.
Olores
que son aromas,
que
penetran hasta el hueso,
solidificando
en olas,
como
erráticos encuentros.
Perfumes
de la memoria,
que
deambulan en el tiempo.
Olores
que como esencias,
visten
de aromas el viento.
Van
y vienen como el aire,
buscando
los recovecos,
misteriosamente
entrando,
adentrándose
sin miedo.
Alertando
al corazón,
a
traición entrando dentro.
En
un suspiro que sale,
más
deprisa de su encierro.
A.L.
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29/03/2020
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