DE LA NADA



Crea un amor de la nada,

en la vida que gravita.

Sobre llamas que titilan.

Mira el interior y sabe,

que es el rescoldo el que guía.

Amores entre las líneas,

de los párrafos que miran.

Ama el tiempo, del que bebe.



Cantares que sobreviven,

como el junco que no parte.

Cruzando de parte a parte,

el amor en el que viven.

Rozan las sienes de nieve,

con las existentes notas.

Sobrevuelan las gaviotas,

en los sueños que persisten.



Quiere el verbo ser partícipe,

del festín de la esperanza.

Del amor que sobrevive,

entre las fogosas llamas.

Habla sin voz, pero existe.

Como la brisa invisible.

En las despiertas mañanas,

que al mundo abren sus entrañas.



El hambre sabe de hazañas.

Y la vida de señales.

Como el amor de ideales,

y del tiempo que se ensaña.

Amores entre los dedos,

que lentamente resbalan.

Como fuegos celestiales,

que en ensoñamientos hablan.



Caminos hay, que señalan,

cuáles luceros del alba.

Luces, que algún día se apagan.

Destellos que permanecen,

como las notas que aman.

De un perenne sentimiento,

que se aferra a las entrañas.

Quiere el verbo ser mañana.



De la nada nace el tiempo,

que del todo abre ventanas.



Ángel L. Pérez ®

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08/03/2024

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