MADRE
TIERRA...
El
rostro se demudó,
al
contemplar la belleza,
en
su plenitud plasmada,
como
una temprana rosa.
Absorta
ante su grandeza,
quedó
presa su mirada.
Al
regresar al mañana,
vio
su pequeñez impresa.
Cantando
el mirlo en la rama,
bordó
de risas la escena
y
su canto desbordó,
la
propia Naturaleza.
Una
sonata temprana,
que
en la mirada penetra.
Llegó
su poder al alma,
para
embellecer su esencia.
Bailó
el colibrí su ritmo,
retando
a la gravedad,
fue
tan grande su verdad,
que
hizo llorar a las piedras.
Su
vertiginosa vida,
a
los corazones templa.
Su
belleza sin igual,
vive
en la mente que piensa.
Senderos
quiere el amor,
libres
de toda maleza,
donde
transitar sin miedo,
donde
abrazar sin pereza.
Caminos
por recorrer,
con
la libertad a cuestas,
la
mirada en lontananza
y
las caricias de cerca.
Sembrar
sin fin la cosecha,
con
las verdades auténticas.
Vientre
de la Madre Tierra,
que
gesta tanta belleza,
alimentando
a sus hijos,
sin
un rictus de sospecha.
Tierra
madre que nos das,
generosamente
eterna,
con
tus amorosos brazos,
amparas
a quien te acepta.
Madre
Tierra que me amas,
que
solo el respeto aceptas,
para
tus seres parir.
Marginada
y seducida,
por
el odio más febril.
Das
tu amor a quien te ama
y
a quien te hiere, dolor.
A.L.
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22/04/2020
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