ENTRE NAUFRAGIO Y NAUFRAGIO



El viento azotó el cabello.

La brisa peinó la piel.

Y centrando el fiel el Sol,

se equilibraron los pesos,

de la balanza del tiempo.

La Luna calmó el dolor.



Navega sin rumbo el verbo.

Y entre naufragio y naufragio,

va de su mar emergiendo.

No importan los desagravios.

Ni le derrota el desprecio.

Sobrevive entre el misterio.



El tiempo persigue y sigue,

olfateando en los cuerpos.

Y va limando los nervios.

Desgastando sus secretos.

Y entre luces, los reflejos,

de su condición de terco.



Llega la luz del lucero,

que se plasma del pasado,

en los ojos del presente.

Todo vomita y devuelve.

Todo lo pasado vuelve,

medio envuelto en cicatrices.



Muescas que se van quedando,

grabadas en cada piel.

Destellos que van hablando,

de aquello que pasó ayer.

Y el escalofrío aquel,

va la vida desnudando.



Pasos, que de niño son.

Trastabillando entre mundos.

Tropiezos que son susurros,

de lo que vuelve a venir.

De verdades, un sinfín.

Como lluvias torrenciales.



Amando la vida en sí,

van las noches transcurriendo.

Que el día llega a su fin.

Las sombras buscan su reino.

Y en ese impetuoso invierno,

asoma la luz por fin.



Angel L. Perez ®

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Imágenes tomadas de: https://pixabay.com/es/videos/



11/12/2022

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