EL VUELO DE UNA MOSCA



Siendo aprendiz de la vida,

bebo del ser que levita,

en las arrugas del tiempo.

Y siento en cada momento,

el latir de lo que habita.

No hay final, solo principio.



Y pensando donde existo,

voy cada hoja rellenando.

De cada página en blanco,

que me mira con descaro.

Hago un íntimo relato,

de cada gota que bebo.



Miro al gorrión en el patio.

Como golpea la lluvia,

sobre los grises tejados.

Y al sentir que algo palpita,

se humedece la pupila,

de ver tan bello espectáculo.



Se queda vacío el tiempo,

como un inmenso agujero.

Un vórtice que succiona,

lo que palpita por dentro.

Y ante este inhóspito vértigo,

las voces se tornan ecos.



Y en ese infinito círculo,

van girando los recuerdos.

Cuáles gigantes molinos,

de un incontenible giro.

Un devenir de crepúsculos,

de amaneceres de versos.



Siendo aprendiz de la vida,

con cada matiz aprendo.

Cada suspiro que habita,

en cada finito cuerpo.

Y contemplo a las hormigas,

como siguen su sendero.



Y en el vuelo de una mosca,

veo la belleza auténtica.

La verdad pura y alada.

Realidad, pura y diáfana.

Una sensación fantástica,

que se refleja en la vida.



Angel L. Perez ®

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Imágenes tomadas de: https://pixabay.com/es/videos/



10/12/2022

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