CANCIÓN DE CUNA

Fundida la flor y el día,

como amantes se besaron,

y así la vida formaron,

con la alianza de sus vidas,

borró su rostro la sombra,

para que entrara la luz,

y un suspiro a contraluz,

cantó al amor aquel día.

Canción que al alba se oye,

como un canto a la esperanza,

como un canto que al Sol llama,

para que borre las sombras,

cántico de las auroras,

que de las bocas emanan,

como alegres surtidores,

en una clara mañana.

Cantó de nuevo la alondra,

trinos que de vidas habla,

fundida con la sonrisa,

de la vida al contemplarla,

y en un alarde de magia,

cambio el sentido al mirarla,

y se macharon las sombras,

por no soportar su cara.

Habla el verso entre las notas,

que del canto se desprenden,

como una líquida fuente,

de penurias y alegrías,

y en un salto hacia el vacío,

cruza el verso el horizonte,

cantando a perdidas almas,

de seres vivos silentes.

Y así, la noche y el día,

se funden en un abrazo,

canta el jilguero en el árbol,

que queda unido a la rama,

que da sostén a su trino,

el viento peina las lágrimas,

que palpitan cuál latido,

hasta posarse en los labios.

Sol y Luna se dan paso,

para cuidar lo que anida,

entre sollozos y abrazos,

mientras el amor se cuida,

de hacer lo hermoso más bello,

entre la noche y el día,

canta la vida sus versos,

con la voz del sentimiento.

Abre los brazos el tiempo,

para acoger nuevas vidas,

se oyen canciones de cuna,

y renacen los talentos,

de la preciada semilla.

Angel L. Perez ®

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14/03/2022