Escritas sobre las hojas,
del libro de las ausencias,
quedan gotas, como esencias,
de palabras esculpidas,
perennes notas que brotan,
en las frágiles conciencias,
y que duermen sumergidas,
en el mar de los recuerdos.
Aquella voz cristalina,
y la prístina sonrisa,
la
mirada que se alarga,
para envolver lo que mira,
el vacío que se queda,
como una insondable sima,
y aquella sutil presencia,
que queda grabada a fuego.
Amor que siempre gravita,
silencioso entre las vidas,
como el aura que camina,
junto al fantástico halo,
que va quedando en la brisa,
que se lleva los recuerdos,
un brillo fantasmagórico,
un invisible parásito.
Escritos en la memoria,
a golpe de amor sembrados,
florecen brotes sin nombre,
en los tallos enigmáticos,
que emergen aún sin nombrarlos,
como duendes que laboran,
que tejen amores mágicos,
entre las tupidas sombras.
Miradas que se deslizan,
como ágiles bailarinas,
que en silencio tanto dicen,
que sin palabras expresan,
la inmensidad que gravita,
en los encendidos ojos,
como misteriosas ninfas,
que nadan en los arroyos.
Versos que escritos palpitan,
en los corazones rotos,
y van dejando semillas,
en las mentes y en los ojos,
palabras que siempre riman,
y que en libertad caminan,
en las pieles y en los órganos,
versos que nunca claudican.
En el libro de los sueños,
las vidas se multiplican,
y se recrean los amores,
se construyen los recuerdos,
imaginarios o ciertos,
y se olvidan los rencores,
que los sueños difuminan,
con densos borrones bellos.
Angel L. Perez ®
https://www.poemas-del-alma.com/blog/usuario-188210
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Imágenes tomadas de: https://pixabay.com/es/videos/
15/02/2022
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