NAVEGANDO,
NAVEGANDO...
Surcó
el mar de los deseos,
en
el batel de sus ganas
y
arrulló junto a su pecho,
el
amor que le quedaba.
Soñó
despierto al timón,
mientras
el blanco velero,
en
la mente navegaba.
Vivió
sin saber viviendo,
el
pensamiento en el alba.
Quereres
que se perdieron
o
en la oscuridad quedaron,
pululando
entre las nieblas,
de
los sueños olvidados.
Andares
que se plasmaron,
como
grabados a fuego,
entre
las sombras chinescas,
de
los nebulosos vetos.
Cantó
sin pausa el poeta,
con
los labios en silencio,
la
voz preñada de tiempos
y
a flor de piel los recuerdos.
Soñó
sin soñar que amaba,
como
solo ama el anhelo
y
volcó sobre su espíritu,
la
pasión que le quedaba.
Pensando
cruzó la vida,
entre
dudas y tropiezos,
dejando
sobre la almohada,
lo
banal y verdadero.
Anduvo
errante entre ideas,
con
los brazos entreabiertos
y
amó sin saber que amaba,
lo
que llevaba por dentro.
Caricias
que se quedaron,
que
en la piel fueron luceros,
amantes
desarbolados,
sin
saber si eran auténticos.
El
amor se fue adentrando,
entre
la carne y el hueso
y
se desnudó la vida,
al
ver su hermoso secreto.
El
tiempo se fue sonriendo,
a
carcajadas o serio,
mirando
como se iban
o
venían los deseos.
Los
ojos grises de bruma,
se
posaron en silencio,
como
nubes tormentosas,
sobre
el invisible lecho.
Huellas
quedaron impresas,
sobre
el corazón sincero
y
amándose entre los tálamos,
quedo
enterrado el secreto.
A.L.
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18/06/2020
Seguimos...De momento.
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