SIN
TEMOR NI PEREZA
Retorcidos
semblantes,
de
historias necesarias,
de
emociones distantes,
de
cercanas nostalgias.
Se
han quedado entre instantes,
las
palabras desabridas,
con
las muecas del tiempo,
como
rictus del alma,
sobre
un rostro sin cara.
Se
esfumó la paciencia,
que
alimenta la calma,
relegada
en la esencia,
obturada
entre estancias,
donde
el odio se explaya.
Viejas
sombras chinescas,
de
estructura fanática,
de
trazas virulentas.
Canción
de cuna auténtica,
que
amamanta y reclama.
Promesas
concentradas,
en
el amor posesas,
con
la voz asedada,
de
ternura sin fecha.
Corazón
que se envuelve,
con
los mimos que quedan.
Se
marchó entre suspiros,
difusas
bocanadas,
que
derrochan latidos,
en
la emoción ahítos.
Corazones
de cera,
de
dolor derretidos,
entre
emociones viejas.
Innombrables
palabras,
como
furiosos gritos.
Se
despierta la rosa,
de
lozanía profusa,
mostrando
sus pistilos,
sin
temor ni vergüenza.
No
hay emoción ni duda,
al
mostrar su belleza,
su
papel es vestir,
la
natura de fiesta.
Soñadoras
pasiones,
jugosa
fruta fresca,
alimentando
el sueño,
de
intempestivos giros.
Se
ha dormido el suspiro,
entre
sábanas tiernas,
esperando
el latido,
que
la duda resuelva,
que
señale el camino.
Beatíficos
semblantes,
de
irisadas facetas,
descubriendo
beldades,
entre
sombras y nieblas.
Así
el amor se expresa,
en
su genial torpeza.
Dando
luz entre sombras,
sin
temor ni pereza.
A.L.
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27/07/2020
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