LA INMENSIDAD QUE LE AÍSLA

Vista al frente timonel,
para ver como se acerca
y se aleja el horizonte.
La aventura en el pensar
y el timón entre los dedos.
Vista al frente navegante,
que te azote el rostro el viento
y en los ojos el placer,
de sentir la mar creciendo.

Reseco el gaznate pide,
que el agua alivie la sed,
en su cansado esqueleto.
Recias manos como enebro
y esculpidos a cincel,
brazos de mármol y acero.
Va oteando la mirada,
en cubierta y a lo lejos.

Camina el tiempo dejando,
sobre la mar sus recuerdos
y acodados sobre el mástil,
navegan los pensamientos.
La vista experta se aplica,
en las pupilas destellos
y la Luna se aproxima,
de plata y oro hacia el centro.

Se oyen cánticos y voces,
de piratas y veleros
y quebradas las gargantas,
de añoranzas son sus ecos.,
cadenciosas son las notas,
según va pasando el tiempo.
Salta el tono las cuadernas,
que cantan voces de trueno.

La mar ajena se agita,
presa en su propio elemento
y la olas balbucean,
su propio cántico al viento.
La mar se viste de azul,
de verde sus argumentos
y a veces, de rojo intenso,
en la calma y en la ira.

Se va alejando el velero,
surcando rutas marítimas,
mientras contempla el humano,
la inmensidad que le aísla.
A.L.
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06/07/2020

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