Poemas y pensamientos

  HUYE, Y VUELVE... El respeto se diluye, como el azúcar en agua. Como un recuerdo que pasa, porque fue, tan solo, almohada. Tal vez, como aquella nota, entre otras, que se escapa. O se disuelve entre humos. O como una luz que huye. Olor de azufre en el aire, y estrategia en los despachos. ¿Por qué lloras, la dijeron?. Y apretó tanto los labios, que en amapola se ajaron. Y una cortina de clavos, ardientes, que el cielo borran. Y hasta el silencio, fue esclavo. Se fue diluyendo el eco, del estruendo atronador. Y solo quedan silencios, llenos de olor, como huecos. Se fue el humo evaporando, cuál de la piel, las cenizas. Más se enardece la ira. Cómo se enciende en el fuego. El respeto ya se ha ido, como se fueron los cuerpos. Como el cometa sin guía, que queda amarrado al suelo. Sangre, que emerge, cuál ría, de los abismales sueños. Y una fosa, entre las ruinas, se ilumina, a cielo abierto. Se va escribiendo la Historia, con las conciencias ...

SÉ, QUE NO SÉ No sé de mucho, o de nada. Sé que no sé, más me empeño. Queriendo saber, no entiendo, como sabiendo, no sé, de la vida, casi nada. Y en ese, sin saber nada, ando por ahí aprendiendo. Sabiendo, como si nada. Y en un arranque de magia, voy caminando sin miedo, por el cimbreante alambre. El Sol radiante a la espalda, y de frente el mar eterno. Sin saber, tanto sabiendo, que sin saber, vuelo lejos. Un calambre, cuál destello. Y sabiendo que no sé, vivo intentando saber. Pretencioso es el creer, de quien se cree saber todo. Se queda, al fin, sin saber, ni la mitad, de lo todo. Sigo, sin saber de todo, pues, de verdad, nada sé. Solo queda por saber, si es más sabio quien más sabe. O sabiendo, que no sé, sé, de cada cosa, un poco. Conclusión, que me enredé. Y sabiendo, que no sé, sigo, sin saber, ni un poco. Quién sabe, tal vez, lo sé. Y sé bien, que sin saber, ando como un beodo loco. Dudas de todo, atesoro. Y me sumerjo en el todo,...

  SIN RUMBO Partió el batel, rumbo al mundo. Bebió del mundo, la vida. Y se vio, desde la orilla, la orilla, del otro mundo. Y sin rumbo, el timonel, ando sin Sol, dando tumbos. Vio el color, de la locura. Olió el aroma, del tiempo. Rozó la piel, de la Luna. Y se enamoró, del verbo. Preso y reo, contra su cuna. Del sonido, se olvidó. Y así amó, a la criatura. Sembró de sangre, la Tierra. Sin miedo, cruzó la aurora. Y se quedó, la cordura, atrapada, por la fiera. Amó sin celo, y sin vida. Canción de cuna, que es oda. Sueño de un verso, sin poeta. Profeta sin fe, que flota. Y en aras, de la derrota. Sembró el alba, de amapolas. De amapolas, de fortuna. Principio y fin, de una estrofa. Que hablando, de amor, se esfuma. Y entre la bruma, rebosa. Fuente, de todas las cosas. Limpia la voz, de amargura, vivió silente. Sin sentir, llegó la duda. Que desnuda, se enquistó. Un sin vivir, en la piel. De la carne, ...

  CUÁNDO, DÓNDE... Cuándo vendrá la aurora, con su manto de ensueños. Del amor un destello, que ilumine hoy, ahora. ¿Y los sueños, donde están?. ¿Cuándo vendrá la verdad, para ponerle remedio?. La sangre, al amor acude. Y en la enredada conciencia, que a la inocencia se aferra, las vivencias se desviven, entrelazadas con ella. Un surtidor de emociones. Sensaciones en el centro. Seno, donde el genio vive, como un resorte, en espera. El hambre, de la injusticia. De la avaricia, la gula. Cuándo vendrá la cordura, para azuzar la conciencia. La sombra es extensa y lúgubre, qué oscuras cuentas oculta. Ya declara la experiencia, en el juicio de la vida. Entre los huecos del alma, se van filtrando las penas. No hay sentencia ni condena, que en justicia sobreviva. Yace en la cuna la calma, y en el tálamo la duda. Va creándose la escena, donde la verdad sucumbe. Amor, que del seno fluye, como un géiser que se yergue. Cuándo vendrán quienes huyen, ...

  DEL ÁRBOL DE LA VIDA Mirando entre las hojas, veo el mundo que viene. Con alas de cometa, serpenteando se cierne. El tiempo se deshoja, breve lapsus que aflora. Entre guedejas de humo, abatiendo las horas. Sobre el río que la lleva. Sempiternas corrientes, volubles y escabrosas. Entre las olas solo, de un mar que se desborda. Miro a través del vidrio, la juventud del fiel, de una balanza loca. En bateles sin nombre, sin vela y timonel. Ya no sabe el sendero, si es camino, o es trampa. En un sudario efímero, se ha envuelto la nostalgia. Y un devenir de orfebres, que cincelan la magia. Se abren las compuertas, de la verdad anciana. Un rimero de equívocos. Entre las hojas miro, de la densa hojarasca. Sombras fantasmagóricas, danzando ante los ojos. Gesticulando observa, de asombro en frías muecas. Verdes entonces eran, hoy se quedaron ocres. Se fueron entre medias. Y al ver entre los restos, de olvidados naufragios. En la maleza asoma...

  ECOS, QUE DE NUEVO, BROTAN Más viejos, los ojos miran, como atravesando el tiempo. Pero, más sabios, sin prisa, para saborear lo humano. Mientras las estrellas miran, sabias, de miles de años. No se rinden las pupilas, saben del dolor, y brillan. Amor y dolor se infiltran, entre los nervios, dudando, Y son más largos los días, cuanto más vibran, soñando. La voz quebrada se agosta, fibrosas y suaves manos. Y cuál catalejo miran, a los lejos, para amarlos. Verdades entre las líneas, de antaño escritas, de un sabio. El tiempo las difumina, para que piense quien mira, entre las ajadas páginas. Y va quedando una pátina, de saber, entre las manos. Lo viejo, de nuevo, es diáfano. Canciones, que siendo aún viejas, vestidas de nuevo suenan. Y es el eco, cada nota, de sonidos de otros tiempos. Rebota el verso entre estrofas, como una ágil pelota, que en los sentidos evoca, pasajeros sentimientos. Nostalgias, canta en los sueños, y que al desperta...

  CANTO DE POETAS En el desván, hacinadas, dormitan reliquias viejas. Se oyen sus murmullos vacuos, como cánticos silentes, de un coro de almas gemelas. Y el polvo, entre las rendijas, flota en la luz que reflejan, las claraboyas que miran. Un viejo arcón que suspira. Y en la oscuridad palpitan, seres, como de otra galaxia. El aire estático asfixia, como una recia mordaza. Y suenan las campanillas, de un carrusel, por sorpresa. Silencio roto, sin vida. Yo oigo el canto de ese pálpito, de ese latido sin fondo. Y oigo, como el pensamiento, va girando en el cerebro. Y los tenues pasos, oigo, de ancestros entre los sueños. Con mis pensamientos hablo, y escucho mis sentimientos. En un rincón, en el sótano, bailan lagartos e insectos. Y en la oscuridad se hablan, y cantan entre los trastos, como beodos, entre ellos. Oigo, en silencio el murmullo, de aquellos viejos recuerdos, y silente, me adormezco. Miro, en el fondo, sin prisa, los retratos d...