FRAGMENTOS...


Esquirlas de corazón.

Van dejando, en el andar.

Y en su errante deambular.

Sobre sus pasos caminan.

Quienes les siguen detrás.

Pedazos, dejan atrás.

Aun cuando no vuelvan más.


Se clavan como puñales.

Los fragmentos que se quedan.

Atrapados, en las mentes.

Legados, que van quedando.

Tal como herencias, heridas.

En las palpitantes carnes.

Herencias envenenadas.


Hay amores que se quedan.

Y haberlos hay, que se pierden.

Entre sinuosos senderos.

Pero, todos van, dejando.

Señales, en cuerpo y alma.

Cada partícula deja.

Su marca, que es indeleble.


Fragmentos de la pasión.

Que, se derramó a raudales.

Impregnando, cada órgano.

Con los efluvios, que nacen.

Del insondable interior.

Y, veces, como sonámbulos.

Viven, entre realidades.


Como el agua, de una noria.

Va empapando lo que toca.

En su correr, sin control.

Lleva, en su seno, alimento.

Para, saciar, esas hambres.

Que, en el camino, se encuentra.

Fragmentos son, de existencia.


Amores, entre las grietas.

Entre las grietas, fragmentos.

Y, en los fragmentos, señales.

Del inalcanzable tiempo.

Mientras, las turbias corrientes.

De las vidas, se suceden.

Dejando, a su paso, vetas.

En vibrantes corazones.


Ángel L. Pérez ®

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22/06/2025

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