ROSTRO DE MIEL

Miré aquel rostro sin miedo,

como quien mira una flor.

La faz, como terciopelo,

retaba su luz al Sol.

Y su hermosura, sin peros,

aceleró el corazón.

El árbol cambió el vestido.

Ocre de otoño de luz.

Cambió, como cambia,

la vida en su recorrido.

Paso el tiempo, haciendo nido,

en el viejo tragaluz.

En aquel rostro miré,

los surcos de los caminos.

Adivinando las lágrimas,

que recorrieron su piel.

Y al soñar con sus vivencias,

amé su mirada fiel.

Que, no despierten las penas,

ni despierte el sinvivir.

No sea la vida condena.

Ni llegue al amor su fin.

Que, logren sobrevivir,

las rosas en las tinieblas.

Al ver su rostro soñé,

con paraísos de ternura.

Como tapices de miel,

pinté en ellos mi locura.

Y fue, como una criatura,

que ha alcanzado su estatura,

Cambiando el Sol su color,

pasó el verde a ser marrón.

Pero, resistió el amor,

como resiste la Luna.

Y al final, vida y amor,

caminaron sin premura.

Que sea su rostro aventura,

y su piel, lienzo de amor.

Ángel L. Pérez ®

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23/09/2023