SE FUE, SIN VER

Sin mirar atrás se fue,

como quien sale corriendo.

Dejando su aroma al viento,

que en su marchar lo envolvía.

Fue tan triste su partida,

que lloraron los recuerdos.

Se fue dejando sus huellas,

como marcas indelebles.

Y abrió caminos inertes.

Dejó a su paso una estela,

de gozos y de tristezas.

Y florecientes simientes.

Veredas hay, como ramas,

de un árbol que mira al tiempo.

Caen sus hojas contra el viento,

para alfombrar nuevas vidas.

Se van, quedando marchitas,

cuando les falta el aliento.

Se fue, como van marchando,

las vivencias en recuerdos.

Se fue, mirando al olvido,

que como el tiempo, es etéreo.

Dejó a su paso los hilos,

para hilar lo que es eterno.

Amores hay, como versos,

que en silencio dejan hitos.

Se van, como prisioneros,

libres, más siempre cautivos.

Como se fueron los besos,

como se van los suspiros.

Se fue, de amores, prendido.

De verdades, se fue henchido.

Y fue dejando en sus pasos,

fragmentos de sus sentidos.

Veloces, marcharon juntos,

el recuerdo, y el olvido.

Así, se fueron pletóricos,

el amor, y sus caprichos.

Los corazones envueltos,

en fragancias, como anhelos.

Y atrás, quedaron los pálpitos,

sin alientos ni latidos.

Amor, que si ver te vas,

como se van los bandidos.

Ángel L. Pérez ®

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10/08/2023