SALVAR LA NATURALEZA
Cuando la tierra se agrieta,
piden humedad sus fauces.
Siempre las carnes abiertas,
para que el agua la empape.
Es la sangre de la tierra,
en la que los seres pacen.
Cicatrices en la piel.
Fisuras que abren canales.
La flor, que del seno sale,
y en el exterior se abre.
La flor, que lucha entre heridas,
resecas, agua de hambre.
La piel, al azote, expuesta,
por la feroz ambición.
Mientras late el corazón,
al ritmo de tal desastre.
El futuro se debate,
entre vida o destrucción.
Cuando la tierra se agrieta,
el mundo en declive cae.
Y las especies decaen,
feneciendo en la carencia.
Hágase caso a la ciencia,
para que cierren las grietas.
Solo gana quien cultiva,
sobre la tierra mojada.
El hambre, en ella gravita,
sobre su piel agrietada.
No sobrevive el mortal,
de la tierra a la que mata.
Qué despierten las conciencias.
Miren de frente a la vida.
Que no pasen de puntillas,
sobre la verdad que aflora.
Y que las semillas nazcan,
del agua, que es nuestra esencia.
Que el amor llame a la puerta,
de las vidas que se olvidan,
que se nutren de la tierra.
Que se cierren las heridas,
abiertas, por la inconsciencia.
¡Salvar la Naturaleza!.
Ángel L. Pérez ®
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23/04/2023
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