QUE EL AMOR, TE DE LA MANO



Canto que al viento le cantas,

con tu voz edulcorada.

No sabe la madrugada,

que despertará a la bestia.

Y al cantar entre las brisas,

que el huracán va dejando,

se va la bestia amansando,

con la voz estremecida.



Vuelve el amor a la vida,

como en un cuento de hadas.

El sueño, doma la ira,

que se despierta en al alba.

Y entre las tinieblas medra,

el cobarde que se afana.

Llama a la puerta el fantasma,

que deambula por la vida.



Amores quiere quien sueña,

y quien despierta verdades.

Y entre la niebla soñando,

quiere amores quien despierta.

Sabe el amor que es tormenta,

pero, casi nunca, piensa.

Y en los surcos de la tierra,

se van plasmando sus huellas.



Qué lejos queda la senda.

Qué cerca la aurora queda.

Florecen en las cunetas,

las flores que aman la tierra.

Ya el ruiseñor se despierta.

Ya canta el mirlo en la rama.

Y se descubren las fosas,

donde se hacinan las almas.



Tilda el amor de villanos,

a quienes siembran la ira.

Y no se cruzan las manos,

de aquellos que no suspiran.

El amor, salva a la vida,

que levanta al más lejano.

Y jugando la partida,

el tiempo sale ganando.



Qué no triunfe el suicida.

Qué el amor le dé la mano.

Y cada instante, en la vida,

de al poeta su legado.



Angel L. Perez ®



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10/07/2022

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