SILENCIO LE DIJO AL RUIDO

En el silencio me hablo,

guardo silencio en el ruido,

y en el murmullo suspiro,

pues no entiendo ese sonido,

y del griterío huyo,

como un veloz fugitivo,

y de la prisión escapo,

soy humo en el alarido.

Bocas cerradas que hablan,

bocas abiertas que callan,

y sin hablar unos labios,

que dialogan con los sabios,

pensamientos de otros labios,

enmudece la verdad,

que se expresa en las pupilas,

y es más nítida que el ámbar.

El amor sin ruido anida,

entre los flecos del alma,

se alimenta de la savia,

que de la pasión emana,

y se extiende como el aire,

buscando un nuevo suspiro,

un corazón que se abra,

una mente limpia y sabia.

Se va ensanchando el camino,

por donde la vida pasa,

para que creciendo el niño,

busque en el mundo su esencia,

se va estrechando la senda,

que conduce hacia el olvido,

y el sendero se hace río,

para que a nadar aprenda.

En el silencio transito,

reflexiono en la mudez,

y camino sin sonidos,

pensando que en el olvido,

quedan silentes los hechos,

que en su estricta desnudez,

entre las sombras perdidos,

sigue creciendo su peso.

Entre ruidos me despierto,

que entre los sueños se acallan,

sonidos como aleteos,

de bailantes blancas sábanas,

y en las noches de silencios,

hace la entrada la calma,

que con sus ropajes neutros,

pasa al interior sin pausa.

Esperanzas que se acuñan,

en la silenciosa estancia,

cuando las bocas cerradas,

hablan por dentro y se acunan,

en el amor que las guarda.

Angel L. Perez ®

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12/01/2022