SONIDOS EN EL SILENCIO

Como susurran las hojas,

como baila el colibrí,

como embellecen las rosas,

y como el ser, tan feliz,

la margarita deshoja,

no se arredra el infeliz,

ni el tiempo en su devenir,

se detiene, o se demora.

Riza el mar su vello líquido,

y se desatan los ánimos,

y se retuerce la yedra,

hace prisionero el frío,

a quien cae en la miseria,

y el amor busca su sitio,

entre las espesas nieblas.

Claros caminos se extienden,

atajos negros esperan,

y los destinos aprenden,

de cada aliento que piensa,

la voz es una herramienta,

que se desgasta y se mella,

y la mirada es el alma,

que lo que mira interpreta.

Canciones que como vendas,

la sangre en la herida frena,

y besos que van sellando,

otros labios que se cierran,

amor como filigranas,

como ropajes de fiesta,

amor de noche vestido,

desnudo en la almohada sueña.

Bebe del néctar del sueño,

el soñador que se eleva,

sobre colinas tan altas,

que solo alcanza quien sueña,

y en la hoguera de las sábanas,

las caricias se desvelan,

con el verso entre las carnes,

y en el suspiro la esencia.

Como bailan las corrientes,

como el agua canturrea,

como el desprecio se pierde,

entre las voces auténticas,

y como rompe la vida,

las prisiones que la cercan,

y en el corazón se ciernen,

las alegrías y las penas.

El amor no tiene cura,

ni se rompen sus costuras,

habita como el silencio,

o como el rumor del río,

que sin voz se manifiesta.

Angel L. Perez ®

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21/12/2021