QUÉ SOLAS, QUÉ SOLOS
Qué solos se quedan,
y qué ausentes viven,
cuando roto el lazo,
algo se desprende,
de la alianza eterna,
de firmes promesas,
qué solos se quedan,
sin la voz que brilla.
El aire es de nácar,
y el rostro de Luna,
la voz torna diáfana,
al vibrar la danza,
de negras pupilas,
qué solas las ánimas,
en las nubes níveas,
de sus caras blancas.
Corazón que habita,
y al aliento anima,
fugaz el latido,
de la intensa vida,
mar de las ideas,
fuente de las risas,
de amores que abrazan,
de fuertes ternuras.
El sol se arrodilla,
en la inmensa bruma,
voz fantasmagórica,
que al sonar se acuna,
en el lecho mágico,
de la luz que aviva,
en la gris penumbra,
qué sola la vida.
Amar es la cuna,
de bordados flecos,
donde amaina el viento,
y vive la brisa,
que en tormenta torna,
cuando el sentimiento,
alcanza la cima,
donde muere el miedo.
Qué sola se queda,
que ausente respira,
qué flor tan auténtica,
con el ojo brilla,
qué sola la pena,
que por dentro anilla,
la emoción y el miedo,
qué febril la risa.
El amor resbala,
sobre el ágil verso,
y se abraza el beso,
a la etérea rima,
y el fértil aliento,
siembra la semilla,
en el blanco lecho,
donde arde la vida.
Qué solas se quedan,
las palabras nítidas,
qué solas las letras,
en las blancas páginas,
si el libro se cierra.
Angel L. Perez ®
https://www.poemas-del-alma.com/blog/usuario-188210
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Imágenes tomadas de : https://pixabay.com/es/videos/
05/12/2021
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