QUE VUELE LIBRE EL CÓNDOR
Nada es tan hermoso,
como la vida misma,
la silenciosa brisa,
acariciando el rostro,
y una mueca atrevida,
un guiño de los ojos,
y la faz convertida,
en un fruto jugoso.
Cantarinas las hojas,
que tintinean airosas,
al vaivén de la brisa,
que las mece con gracia,
y al sonar de su canto,
se despierta la aurora,
y el pensamiento aflora,
con placidez, sin prisa.
Colgados de recuerdos,
como guirnaldas locas,
bailan los sueños cuerdos,
como ágiles peonzas,
sigilosos vacilan,
como bailantes pabilos,
y su semblante etéreo,
muestra alegría o enojo.
Silba el ave cantora,
y en la cuna solloza,
la vida que comienza,
una lágrima asoma,
como una fugaz perla,
a la faz encendida,
por la emoción que alienta,
la voz, en su tristeza,
torna a alegre al creerla.
Pasión que se desborda,
habla el amor sin pausa,
mientras la piel se tensa,
y el vello se electriza,
en los ojos la prisa,
arrebatando el alma,
brillantes las pupilas,
en destellos nos hablan.
Cambia el color la tundra,
a blanco la sabana,
y el ocre de los valles,
a nívea su semblanza,
cambia la voz a grito,
y a calma la mirada,
a verde las montañas,
que visten la mañana.
Más hermosa la vida,
que sin pausa reclama,
amor entre las risas,
y en las palabras calma,
que libre vuele el cóndor,
y la voz sea la brisa,
que apacigüe el dolor,
que vive en las entrañas.
Angel L. Perez ®
https://www.poemas-del-alma.com/blog/usuario-188210
https://www.ivoox.com/podcast-angel-l-perez_sq_f1875558_1.html
Imágenes tomadas de: https://pixabay.com/es/videos/
27/12/2021
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