SEMBRANDO ECOS
La algarabía resuena.
Rebotando sin descanso.
Sobre cada faz que mira.
De reojo, de soslayo.
El eco es, del griterío.
Que, a los seres, envenena.
Jardineros, que sembráis.
Las voces de la esperanza.
Floreciendo como rosas.
En el jardín del misterio.
Con las semillas que amáis.
Y las manos de añoranzas.
Sembrando ecos, la vida.
Va resonando en los goznes.
De las puertas que se abren.
Son chirridos de nostalgia.
De los amores que fueron.
En los momentos mejores.
Caminante entre las notas.
Que, son ecos del camino.
Repiqueteo de los versos.
Tal como quienes hollaron.
Aquellos mismos caminos.
Mirando hacia el Universo.
Los ecos son cicatrices.
De los sueños incompletos.
Ecos, de viejos temores.
Acudiendo a los matices.
Amanece, que son voces.
Alentando a los sin nombre.
Sembrando ecos en los sueños.
Con semillas de otros tiempos.
Palabras, que se escucharon.
Entre las grietas del verbo.
Son melodías del recuerdo.
Acudiendo a los sentidos.
Los amores son los ecos.
Sembrados cuáles luceros.
Iluminando a quien vive.
Con otras vidas, sintiendo.
Y son ecos como versos.
De un poema, que es eterno.
Ángel L. Pérez ®
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17/07/2025
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