Poemas y pensamientos

  TODO PASA... El tiempo nos trae la ausencia. Y el corazón, la nostalgia. La razón, lo que nos falta. Y el amor, nos trae la magia, que en el sentimiento se halla. La vida deja su esencia. Así, pasa la existencia, con la realidad presente, que en, su insistente presencia, cada instante se realiza, en la, inestimable vida, que absorbe, cada sutil pensamiento. El viento trajo el aroma. El mar la ola a la arena. El grito al oído la alerta. El beso llevó el latido, al aliento, que lo expresa. El dolor trajo el silencio. El Sol me trajo la aurora. Y el agua, me dio la vida. El Consuelo, las caricias, que se desprenden del alma. Y siguiendo mi camino, se acerca lo que me falta. El tiempo trajo el valor, de seguir con la partida. Y el pensamiento, sin duda, dio la enseñanza de vida. El amor cruzó la tormenta, para convertirla en brisa. La melodía me dio el ritmo, en los escabrosos días. Y el corazón, que es el foco, me dio la luz que me anima. Q

  LA LOSA. Noches de fuego preñadas. Y sabores que laceran. Corazones que entre escombros, Gritan de angustia a la tierra. Ciegan sus ojos la bruma, que las cenizas abrasan. Y el Sol que ayer no volvió, engullido por las sombras. Roban el sueño a la vida, en tan fatídica danza. Negro, su rostro ha quedado. Sobrecogido en su esencia. Vientos de arena y de sangre. Vendavales de tristeza, En las esquinas acechan, sus tenebrosas presencias. Desde la torre almenada. De su corona ceñida. Erguido en su poderío. El desprecio en la mirada. Y el corazón sin latido. Se refocila el malvado, en su disfraz escondido. Extramuros la miseria, se extiende como una plaga. Que al final es su objetivo. Se diluye la memoria. Si el que soporta el castigo, adula al maltratador. De esa forma el oprimido, se convierte en opresor. Y crecido el opresor, va incrementando el castigo. Pensando, en su necedad, que le asiste la razón. Y el oprimido se adapta, al increment

  VERSOS... El verso pasó despacio, a través del sentimiento. Y llegó al conocimiento, para, así, sentir su abrazo. Fue dejando a cada paso, fragmentos de sus delirios. Y floreció cuáles lirios, en la boca del estómago. El verso cruzó la vida, para pensarse y sentirse. Y así mismo comprenderse. Con el aura de la vida, en sus letras, con respeto, sobrevolando los sueños. Alcanzó a la misma rima, que se veía desde lejos. El verso surcó los mares, para encontrar su destino. Y sus letras, como brújula, marco su senda sin dudas. Verso, que siente la vida, con el tono de su música. En su corazón va el ritmo, del latido que le impulsa. Se enamoraron los versos, de los amantes que vibran. Y de quienes siempre aman, a la esencia de las vidas. El amor va en su camino, y las auténticas almas, que se entregan sin llamarlas. Como el valor de quien ama. Verso, que ama los senderos, por donde el amor camina. Ángel L. Pérez ® SOY LO QUE ESCRIBO Y LO QUE

  SECRETOS En un lugar del recuerdo, donde viven los espíritus. Habitan viejos misterios, que son fuentes de la vida. Que entre los sueños caminan, y duermen en los suspiros. Perdido está el secreto, que, a voces, se difunde. Ni la brasa en la lumbre. Ni la nube en el cielo. Como aspas del molino, que giran sin destino. Secretos en el baúl, de los sueños olvidados. Donde duermen los pecados, que antaño se cometieron. Como cielos sin luceros. Estrellas sin Universo. Donde se ocultan los tiempos, vive el secreto más hondo. Aquel, que sabe del mundo. De las fuerzas que le impulsan. Y se van quedando solas, como sombras en la selva. En el lugar más recóndito, las verdades se abren paso. Con las fuerzas que les dotan, las razones más auténticas. Y van emergiendo solas, entre lo real e inhóspito, con el rostro de la vida. Ángel L. Pérez ® SOY LO QUE ESCRIBO Y LO QUE TÚ SIENTES AL LEERME https://www.poemas-del-alma.com/blog/usuario-188210 https:/

  OLOR A AMOR El amor no tiene cura, porque vuela libremente. Como grácil mariposa, que se posa, en cada ser. Y al volar, su aroma expande, sobre cada criatura. El amor es la textura, en la caricia de seda. Una señal que te avisa, del camino a continuar. Una brisa singular, que, abraza, como una brida. El amor es el camino, si el camino es de nobleza. Y no prima la aspereza, sobre el latido que alienta. Una senda de grandeza, que lleva hasta su destino. El amor es como el agua, que se adapta a cada roca. Moja, limpia y desemboca, en el mar, donde es una gota, que se une a su grandeza. En su camino, no cesa. El amor es la sustancia, de la energía que suspira. Es la sinergia de vida, que en los órganos palpita. Como sueño que respira, en las realidades mismas. Melodía es el amor, que en el sentimiento anida. Y en la caricia se inspira, para que suene mejor. Con las notas siempre vivas, que alteran el corazón. Caminante es el amor, que e

  EL SILENCIO Sonido del aire, que llena el silencio. Sus trinos. Lenguaje de sabios, que llena el paisaje. Y el silencio peina, su suave plumaje. Silencio. Palabras sin nombre. Ventanas abiertas. Que lo quedo pase. Que la voz callada, se quedó en el centro. Donde no habla nadie. Aspira el silencio. Como una corriente, que en el fondo yace. Como una cascada, de mudas palabras, que saltan audaces. Susurros de hielo, que el sentir deshace. Como el aire inerte, que quiere besarte. Como el sueño vivo. Que al verte dormido. Silencios de nácar, bailan en tu carne. Cantos al oído, te anuncian verdades. El cielo te explica, su propio lenguaje. Y los sortilegios, que, mudo pronuncia. Con versos de nieve, intenta salvarte. No importa el silencio. La mirada vale. Lo refleja todo, con el mismo alcance, que emite el sonido. Y el brillo que emite, basta para hablarte. Perdida en los tiempos. La palabra nace. Y al crecer se otorga, poder y

  COLORES... De gris se visten los sueños. Las fantasías de color. La vida multicolor se abre, como rosas florecientes. Y el amor muda de rojo, a azul para que madure. De blanco va la razón, que se une al corazón, para que el amor sea fuerte. Canción, que en el estribillo, se reiteran sus deseos. Y alcanzar amores nuevos, que deambulan sin cesar. Viste de azules el mar, como reflejo del cielo. Colores hay, cuál lucero, que en los ojos es anhelo. Y al ver su rostro de nuevo, crecen alas en los cuerpos. Y de antaño los colores, como soles, alumbrando. Así, miran los amores, que son, savia, en los recuerdos. Coloreándose los senderos, en el caminar del sueño. De colores se viste la vida, porque nunca distingue, el color de la piel que la habita. Los grises confunden. Los blancos se pintan. En los variopintos colores, que la Tierra inundan. El amor, siempre sobrevive. Se van pintando los sueños, con los colores que olvidan. Y en la realid

  CONTRACORRIENTE Prisionero del tiempo, camino lento. Para saborear lo que vivo, y lo que siento. Y al ir despacio, voy rápido, al encuentro de lo que amo. Sabor a vida. Al vivir me desvivo, preso en el pálpito. La verdad está en el núcleo, de la esencia de vida. Preciso es ser suicida, y afrontar los peligros. Peligros de las formas, que a menudo me invitan. Cuál sugerente reliquia, que seduce con su brillo. Como guirnaldas de sueños, va sucediendo lo mágico. Como el color cristalino, de la vida que es diáfana. Dolores en los sentidos, que arrebatan lo que vivo. Más la vida, que es la savia, de lo dañino la salva. Que no sucumban tus sueños, a la enmarañada selva. Ábranse bien las fronteras, y que nadie sea extranjero. Que no manden los dineros, por encima de las vidas. Que no hay mayor alegría, que sentir al mundo entero. Amar, aunque esté revuelto, el río de nuestras vidas. Nadando a contracorriente, se descubren las mentiras. Son más

  TIERRA. En el centro del mundo, encontré un atajo. Para buscar lo bueno, del ser humano. Y al recorrerlo. Tropezando, y cayendo. Lo fui encontrando. Laberinto que obliga. Ciego a zarpazos. Separando en la lucha, la mies del grano. Con los brazos abiertos. Busqué el abrazo. Con la mirada firme. Y el corazón blando. Como pesa el camino. Cuanto sangran las manos. Corazón de grandeza, Va separando. Separando lo bueno, de lo malvado. De piedra son las manos, del jornalero. Templadas como acero. Año tras año. Como acero que curte, su firme rostro. Generoso y sin tregua. Sobre sus hombros, acepta lo que viene. Respetando a la tierra, que su sangre requiere. Cicatrices de tiempo, cruzan su frente. Y cada encrucijada, su alma sostiene. Sostiene su esqueleto. De dolores, cubierto. La mirada hacia el cielo. Y los pies enterrados. Clavados en el suelo. Sangre de los valientes. Sangre de alma. De su sangre se nutren, los inocentes. Co