SE FUE VINIENDO Se fue acercando despacio, como un felino que acecha, Se fue alejando en silencio, pues otro espacio la espera. Y sus pasos son tan mágicos, que ni los siente la tierra. Se fue acercando sin miedo, como llega la nobleza. Alejándose en silencio, buscando una nueva idea. Y sus huellas se quedaron, entre las almas impresas. Se fue yendo entre las luces, que deja una noche intensa. Y acercándose sin voces, llegó al fondo de la Tierra. Se fue alejando del tiempo, como se van quienes vuelan. Se va ausentando del verbo, cuando el tiempo ya no cuenta. Viene de tiempo, cubierta, a llenar a quienes quedan. Ya no vuelven los alientos, para disipar la niebla. Se va del rostro, serena, como se van quienes cuentan. Se fue, como van flotando, las ágiles briznas de hierba. Y llegó entre los secretos, de la vida que comienza. Amando se fue quien vino, para embellecer la Tierra. Ángel L. Pérez ® SOY LO QUE ESCRIBO Y LO QUE TÚ SIENTES AL L
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Mostrando entradas de agosto, 2023
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LATENTE, SIN HABLA Fluye como la corriente, de un manantial de esperanza. Y mana, como la fuente, de la vida enamorada. Y en el corazón, silente, vive la amada, sin habla. Amor, profundo y ardiente, en las brasas que se apagan. Con la fuerza de un torrente, emerge la vida, que es sabia. Y en su deslizar constante, va dando forma a sus alas. Amores en las pendientes, que precipitan, como agua. Y una criatura que bebe, de otro ser que le amamanta. Mientras la mente insolente, mira de frente a la cara. De su llegada es consciente, en su mágica semblanza. De la vida bebe siempre, libando de sus entrañas. Y el amor, vive latente, en cada rincón, sin habla. Fluye, como una corriente, de los recuerdos que emanan. De las vidas que se pierden, con sus tibias esperanzas. El tiempo nunca se rinde, ni cede ante quienes aman. Y su voz, como un demente, se va oyendo en lontananza. Que, no se rompan los versos, que viven en la mirada. Y en los suspiros p
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CRUZÓ EL PUENTE... Cruzó el puente que conduce, al otro lado del mundo. Besó el rostro más oscuro, de la vida que le abduce. Y entre emociones, sin rumbo, vio la sombra entre las luces. Amar entre las herrumbres, de la vida, que se muda. Viajar cruzando las luces, para perderse en la jungla. Y sentir, como seduce, el amor, cuando te acuna. Cruzó el puente que se extiende, hasta, un lugar, que es distinto. Soñó abismos más profundos, que la vida, que se siente. El puente, que es el destino, de lugares, más oscuros. Amar, como ama quien vive, la aventura de la vida. Con el corazón de hambre. Hambre de amores ahíta. Y mirando entre las luces, ver el amor que palpita. Cruzó el puente, que es el mundo, donde se gestan las vidas. Soñando lo que respira, en la vida de otros mundos. Y gozar de las reliquias, que quedan mientras caminas. Amores que van quedando, prendidos de nuevas vidas. Sendas son, que van hollando, amores que no se olvidan. En
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ENTRE LAS DUDAS CAMINO Sigo la estela del tiempo, que me lleva a mi destino. Sigo, mirando el sendero, cada piedra, cada indicio. Y en cada instante, sintiendo, cada minúsculo signo. Y caminando en el filo, del abismo que me mira. Voy desbrozando la senda, con el corazón henchido. Y en equilibrio camino, contemplando la belleza. No me abate la tristeza, porque su mirada evito. Ni me abduce la pereza, que en la sombra me hace guiños. Camino, siempre camino, entre dudas y certezas. La injusticia me exaspera, y la mentira me alarma. Miro de frente a quien habla, para entender su camino. Y no concibo la farsa, ni ante el tirano me inclino. Canto, porque en la garganta, siento que salen los gritos. Y en el corazón el hambre, de otro mundo en el olvido. Y cada nota, es el hilo, que conduce a la esperanza. El tiempo, con su estribillo, va desgranando las horas. Que, con ardientes cuchillos, va grabando en sus estrofas. Entre las tinieblas sigo,
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SIN SER QUISIERA Quisiera ser la hierba, que nace en el camino. Y ser la mariposa, que aletea sin destino. Quisiera ser la senda, que lleva hasta el olvido. Y ser, fértil idea, en una mente plena. Quisiera ser el río, que al mar alegre abraza. Quisiera ser el agua, que moja tu cabello. Y ser tu risa loca, cuando gritas al viento. Quiero ser esos labios, que se abren a tu aliento. Quisiera ser la brisa, que acaricia tu vello. Y ser la piel que habita, en ese noble cuerpo. Y al ser la caracola, que habla del mar por dentro. Quisiera ser la aurora, que despierta en tu sueño. Y siendo la locura, de amar como un poseso. Vivir entre los huecos, que deja tu hermosura. Quisiera ser el beso, que emana de tu boca. Y quiero ser la Luna, que vigila tu sueño. Quisiera ser el águila, que, veloz, cruza el cielo. Ser quisiera en tu vida, ser un bello recuerdo. Y en noches de vigilia, cuando está atento el verbo. Ser tu mente que inspira, los más herm
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EN LA CUNA DEL VERSO En la cuna del tiempo, la vida estaba. Nacida de la Tierra, que la amamanta. Y es tan efímera, que en un instante pasa, como un lamento. Ríe y solloza. Flor nacida en un día, que, esbelta brota. De nutrientes semillas, felizmente aflora. Tan bellos son sus días. Que, al erguirse, tan bella, su aroma inspira. Cautiva llora. En el verso la rima, canta a la estrofa. Verdes son valles. Que, en la luz matutina, parecen mares. Nunca fallezcas. Que en la rosa que brota, siempre hay espinas. En la cuna del sueño, abre sus hojas. El árbol de la vida, que, el sueño añora. Cálidas sábanas. Que, cuando la piel rozan, se abre otra vida. Bellas sus notas. Amores son los versos, de aquel poeta. Que añorando otro cuerpo, su sangre llora. Ya no hay profetas, que, canten al desierto, con sus estrofas. Cálidos sueños. En la cuna del tiempo, nace otra aurora. Ángel L. Pérez ® SOY LO QUE ESCRIBO Y LO QUE TÚ SIENTES AL LEERME
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LAS DOS CARAS... Cara y cruz de la existencia. Las dos caras de la vida. Una, visible apariencia. La otra, en la realidad. Donde habita, la verdad, vive, la existencia misma. En aparente silencio, crece y crece la semilla. Como crece, quien respira, en la esencia de su verbo. Habla sin voz el recuerdo. Que en el corazón palpita. En el centro vibra el nervio. Como en el seno la vida. La mirada en la pupila. Y la belleza en el pétalo. La fragancia en las entrañas, de la flor, que crece dentro. Las dos caras de la vida. Que se enfrentan con denuedo. Una muestra lo que brilla, la otra viviendo en secreto. Y en el fondo de la sima, crece el sutil sentimiento. Amores hay, como vidas. Que emergen de sus encierros. Como presos que meditan, en las cárceles del tiempo. Las dos caras son cautivas, del amor, y del deseo. Que, no se partan ni astillen, los rostros de quienes fueron. Que, fluyan, como las vidas, entre el tumulto de verbos. Y que se ca
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SOBRE EL TÁLAMO Fueron cayendo las hojas, como lágrimas soñando. Se apagaron las luciérnagas, en las noches de los tálamos. Y mirando de soslayo, la Luna pausó sus rayos. Los cristales se empañaron, por el vaho de sus encantos. El mar frenó su embestida, olvidando su arrebato. Y la arena de la playa, quedó en silencio, dormida. Habló el verso, que es humano. Y sus rimas, como un bálsamo, frenó la sangre en la herida. Cantó el poeta, con las manos, de la inspiración, que brilla. Y se olvidaron los álamos, de la tierra que les cuida. Amor, que humano, florece, en sueños y pesadillas. Tan esbelto como el tallo, de una flor, que ama la vida. Y en las noches de vigilia, son los sueños como pájaros. Sendas de fibrosas manos, sinuosas, cuáles hiedras. Surcos, de escabrosos años. Amores, como veredas. Que, entre las vidas, nadando, flota en las vidas, soñando. Que, vuele el amor soñado, libre cuál ave, en los tálamos. Ángel L. Pérez ® SOY LO Q