NO PERDONA EL TIEMPO NADA



En ese infierno de frío.

Arde del odio, la llama.

No hay de violines sonidos.

Ni entre los hielos hay calma.

En ese infierno de frío.

Solo vive el enemigo.

Escondido entre las sábanas.



Canta el verso en la tormenta.

Y el sonido de las cuerdas,

entre las llamas trepida.

Sueña el amor ser eterno.

Ser la esencia de por vida.

Y sin darse el viento cuenta,

arrastra vida tras vida.



El verbo corre al mañana.

Mientras, el verso se achica.

Y las verdades se agrandan,

como las velas se ensanchan.

Veleros que el viento arrastra,

con una fuerza inaudita.

No hay mañana, solo ahora.



En ese infierno de frío.

Solo sobrevive el tiempo.

El necio entre nieblas, vive.

Vive el sabio, en cualquier sitio.

Y entre los pliegues del alma,

nace el amor, siempre vivo.

En ese infierno de frío.



Y en ese eterno tiovivo,

girando cuál torbellino.

Vive el ser, como encogido.

Solo el amor rompe el hielo,

con el fuego de su instinto.

Hay más amor en un gesto,

que en mil simbólicos ritos.



Siempre cobra las facturas,

el tiempo, siempre se pagan.

El amor, paga las deudas,

con su fuerza inusitada.

Y así, nace la criatura,

que lo que se debe, paga.

No perdona el tiempo nada.



Angel L. Perez ®

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03/02/2023

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