COMO UN LATIDO

 

Habla el corazón, que es sabio,

en asuntos del querer.

Habla, con la tierna voz,

del trino de un pajarillo.

Habla, con el mismo brillo,

que aquella estrella fugaz.

 

Cruza la vida, el misterio,

para alcanzar el saber.

Y en su lento padecer,

la senda va recorriendo.

Como el pájaro en el cielo,

descubre, parajes nuevos.

 

Besó la brisa a la faz,

con sutil delicadeza.

Y descubrió la grandeza,

de la belleza sin par.

Acontecer de los años,

que avanzan como la niebla.

 

Como la sombra en La Tierra.

Como luz en las tinieblas.

Se suceden, como cuentas,

de un infinito rosario.

A veces, como un calvario.

Otras, como en un idilio.

 

El verso mostró el camino,

que marcaba el sentimiento.

Y en alerta los sentidos,

fue sus notas escribiendo.

Cantó, como canta el niño,

con el corazón abierto.

 

Habla el corazón, que sabe,

de secretos y misterios.

Y en su palpitar descubre,

la pasión de sus desvelos.

Habla con la voz de un verso,

y el sonido de lo bello.

 

Ángel L. Pérez ®

 

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