Poemas y pensamientos

  SIEMPRE SE ENCUENTRA Amando a todo lo bello, por lo que es, no su valor. Y queriendo lo mejor, para todos por igual. Que no se rinda jamás, el noble ante los villanos. Y seamos como hermanos, en una gran hermandad. Amando todo lo bello. Vaga el ser lleno de ego. Con los ojos entreabiertos. Intentando ver lo bueno. Dejando ente los caminos, pedacitos de esperanza. Amando todo lo bello, el amor, nunca descansa. Vive el noble sin rencor, y la injusticia se acaba. Como la estulticia frena, cuando es sabio su pensar. Sabio es, quien al andar, no cede ante los obstáculos. Amando todo lo bello, el sabio busca respuestas. Caminando entre los necios, lo auténtico cobra forma. Emergiendo de los cienos, que enturbian toda belleza. Entre los lodos se siembra, como entre las mentes secas. Amando todo lo bello, no hay lugar para la pena. Amando todo lo bello, el amor no deja brechas. Por donde huya lo bueno, entre vapores de ausencia. Siempre vive ent

  CANTA A LA VIDA   Trina el ruiseñor, y canta, Quién se alegra y quién se apena. Canta quién cumple condena, Porque libertad le falta. Y cantan quienes son reos, De la vida y sus andanzas.   Amantes de corazón, que van sembrando canciones. Para que sean mejores, los seres que hablan de amor. Cantando trina el gorrión, Buscando a otro amor gemelo.   Canciones hay que son celos. Otras hablan de pasión. Pero, al fin, canciones son. Como notas, que en el cielo, Resuenan a viva voz. Con el alma y con el verbo.   Canta el verso en su poema. Cantando sobre las letras, en la página se plasman. Cantan, porque son la savia, de la verdadera esencia. Cantan con viva vehemencia.   Canta el tiempo en su locura. Pero, sus notas, son sabias. Como de la flor el néctar, que emerge en vital aroma. Canta, pero se desangra, cuando de su raíz se corta.   Canciones son las que bordan, la vida, con su belleza. Para embellecer el mundo, qué en gris, a veces se torna. C

  ANIMAL El aire preñado de voces, reclama justicia. Su voz es el grito, a veces ahogado. Que suena distinta. Distinta es su forma. Su llanto y su risa. Y en cada mirada, nobleza transpira. Mirada de siglos. Desnuda. Que invita. Que invita a tu entrega. Sin dobles mentiras. Como besa el niño. Ávido de vida. No lleva equipaje, que lastre sus días. No sabe de odios. Ni sabe de envidias. Ni acusa, ni enjuicia. Entrega vida. A quién le cobija. Nobleza es su impronta sus ojos, vigías. Su boca es de hambre. Hambre de caricias. Su cuerpo se enciende, como una bombilla. Cuando siente el roce, de la mano amiga. Sueña con tus gestos. Y al soñar recrea, momentos vividos. En tu compañía. No conoce el miedo. Cuando estás presente. Seguro te mira. Sintiéndose a salvo. Como mira el niño. Cuando en su regazo, la madre le mima. El rencor no existe, en su ideología. No busca venganza. Tampoco critica. Cuando sin motivo, su dueño le grita. Su

  AMORES EN LAS ORILLAS Apacibles las orillas, donde los amores sueñan. Donde viven los temores, y reposan, los dormidos, corazones que levitan. Son las orillas del tiempo, que, en cada momento, son silenciosas o chillan. Se va orillando la vida, en los nebulosos días, que el sendero cubriendo. Donde la fuente se olvida, el origen del recuerdo. La fuente de aquellos días, que emanan como regueros, de las entrañas del verbo. Así, reposan los restos, de las vivencias pasadas. En las secretas orillas, donde se oculta lo bello. Y van marcando de vida, cada misterioso hueco. De los recónditos días, de aquellos ríos maestros. ¿Qué tenebrosos misterios? ¿Se ocultan en las orillas? Donde se debate el sueño, y el amor se dilucida. ¿Cómo se rompe el silencio? ¿De la silenciosa vida? Si no son los versos mágicos, y en las orillas dormitan. Si la vida es un misterio, qué misterio encierra el sueño. Son los amores, los versos, que viven en las orillas.

  SUEÑA CORAZÓN En el corazón del sueño, late una idea cautiva. Que sueña con ser el verbo. Ser realidad y sentirla. Y convertirse en, auténtico, amor, que ame la vida. En el corazón del sueño, se acuñan nuevos misterios. Pases mágicos de un mago, que hace realidad el sueño. Amantes son quienes duermen, en la magia del recuerdo. Hay en los sueños misterio, si el corazón es el dueño, de enigmáticas visiones. Las imágenes que emergen, de la magia de la mente. En el sueño y sus rincones. En el corazón del sueño, se ocultan, siendo veraces, los amores que se fueron. Con el alma entre las sábanas, y el amor en sus dobleces. El amor no tiene dueño. El sueño es un viejo mago, que habla sin voz y sin cuerpo. Que se encuentra entre los huecos, de realidades de ensueño. Es el corazón del sueño, el que late con denuedo. Amores entre los sueños, que en el corazón son ecos, de amores que son recuerdo. De las antiguas semblanzas, de pasadas esperanzas.

  CORAZÓN DE FUEGO Quiere el corazón ser fuego. Y el fuego ser sentimiento. Y que llegado el momento, ser amor abrasador. En la pasión de las brasas, ardiente el primer amor. Cenizas de sentimiento, que quedan en la memoria. Sensible y fugaz memoria, de los amores pasados. Que resonantes de gloria, irrumpen en el presente. Como unas luces ardientes, que se cuelan sin pensarlo. Y en la vida sobrevuelan, Enigmáticas y amantes. Sumergido en el presente, vive el humano inconsciente. Mientras hay vidas gemelas, que sobreviven ausentes. La vida en un calabozo, en el que se siente dueña. Las hay, que son un esbozo, de la vida que se sueña. Quiere el corazón ser brasa. Y ser llama la existencia. Quiere ser fuego y conciencia, que en polvo no se convierta. En el corazón hay sendas, que arden constantes y lentas. Como hay, castillos de arena, que el viento abate sin pausa. Y así, tenemos la causa, de los males que le aquejan. Al amor, que siendo fuego

  LA MAR BRAVÍA El embravecido mar, qué feroz te vapulea. Que te arrastra sin piedad, a la arena, que te espera. Como hoja en la tormenta, que enloquece con el viento. La furia en el interior, donde la verdad se encuentra. Se debaten entre dudas, la verdad y sus certezas. Con la violenta marea, de las mentiras rastreras. Y son, los huracanados, Trastornos de su ceguera. Con las voces entre brumas, que anuncian nuevas violencias. El amor llamó a la puerta, de la prisión donde habitan. Los enigmáticos sueños, que hablan de versos y rimas. Y fue trazando senderos, entre malezas y nieblas. Con el corazón alerta, para, al peligro, dar vuelta. Mar, bravío y misterioso. Peligroso y enigmático. Pero, que siempre es hermoso, porque a la orilla te lleva. Y en las arenas te esperan, los granos de la esperanza. Con la alocada templanza, del amor, que siempre espera. El amor llamó a la vida, que entre las grietas se encuentra. La grietas de la memoria,

  VUELA, AMOR El aroma de tu ausencia, se prodiga en los recuerdos. Como fragmentos de historia, que en el pasado nacieron. Aromas del pensamiento, que acuden a la memoria, como un aluvión de sueños. El alado sentimiento, que trasciende las fronteras. En el corcel de los sueños, en el corazón galopa. Cuál Pegaso le transporta, a los más hondos recuerdos. Con las alas de la vida. El aroma de misterio, que envuelve cada partida. Lleva en sus carnes, impreso, el marchamo de los días. Y es más hermosa la vida, cuando hay magia en los recuerdos. Y una gota cada día, de amor, descubre un secreto. Un tiempo de amor sin velos, se revela cada día, que ausente, vuela ligero, como un halo, que es la vida, sin secretos. El sueño volcó reliquias, en los amantes durmientes. Deshojando margaritas. ¿Por qué se muestra la vida? ¿Sin disfraz en el amor? Sin ropajes ni divisas, sin ambages ni premisas. Como un águila en la brisa, que planea libre en los cielos

  PASADO PRESENTE  El pasado viene a verme, con su vestimenta gris. Entre efluvios de nostalgia, y vestigios de grandeza. Llega bailando y feliz, De elaborados recuerdos. La imagen como un tapiz, de su tejido de sueños. Viene a verme mi pasado, con pasos de bailarina. Para invadir cada día, por sorpresa, sin aviso. Cargado viene de esencia, de las experiencias viejas. Adornado e impreciso, aunque, a veces, tan certero. Lleva en su faz la experiencia, de aquellos momentos bellos. También de amargos momentos, y de fantasías de cuento. Viene cargado de sueños, arrastrando viejos hechos. Susurrando cuáles ecos, de voces, que aún viven dentro. Así, el pasado se envuelve, en aromas de misterio. Para dar sentido al mundo, que en ocasiones se pierde. El amor, torna al presente, con la fuerza que le impele, su extraordinario destello. Vuelve el pasado con miedo. Que vuelva el pasado siempre, vestido de primaveras. Y que el amor sea su duende, que en

  YA SE VAN, YA SE HAN IDO   Ya se van, ya se han ido, como olas de espuma. Las palabras desnudas, que en el viento se fueron. Como etéreas las dádivas, que en el sueño crecieron. Ya se van, ya se han ido, con la verdad, con ellas. Con las alforjas llenas, de vivencias y encuentros. Ya se van, ya se han ido, entre penas y gloria. Con el deseo íntimo de llegar, donde el amor se encuentra. Ya se van, ya se han ido, y no van a mi encuentro. Cuando el amor ha vuelto, que en la sombra era reo. Han vuelto las sonrisas, a los enjutos versos. Y llegan las espumas, a la orilla del tiempo. Con la verdad tranquila, de ser luz y pionero. Ya se van, ya se han ido, pero vendrán de nuevo. Con los versos prendidos, en la piel de los huesos. Ya volverán las risas, a llenar los talentos. De nuevos pensamientos, enriqueciendo el sueño. Con el alma se fueron, impregnados de brisa. Ensoñadores versos, que son, como bellas sonrisas. Un amor, que fue el nuestro.

  AMOR AL REVÉS Siento tu presencia, aunque ya no estés. Los olores mágicos, de mágicos sueños. Y en amor, envueltos, hablan los recuerdos. Y te veo, a veces, aunque ya no estés. Los benignos vientos, trajeron la aurora. Que traiga la aurora, la verdad que ves. Sean claros los versos, que trae la memoria. Las mágicas formas, aunque ya no estés. Aunque ya no estés, se llena de ausencia, la vida presente. Y aquello que ves, de presencia, envuelto, vuelve a suceder. Son los bellos sueños, que el tiempo resuelve. Aunque ya no estés. Canciones de entonces, que el tiempo me acerca. Como una quimera, que brilla en la sombra. Y el tiempo, que acecha, maligno se esconde. Entre aquellos pliegues, aunque ya no estés. Aunque ya no estés, se vislumbra a veces. Un pálpito leve, que arde sin querer. Y en las primaveras, cuando el sol renace, en la luz verdadera. Cuando ya no estés. Amor al revés, cuando el tiempo mengua. Ángel L. Pérez ® SOY