VIENTOS DE AURORAS

 

Auroras de sensaciones,

que emergen de los ensueños.

Edulcoradas de soles.

Resplandecientes y nuevas.

Auroras son de las noches.

De las noches que terminan.

Con el corazón envuelto,

en los sueños, que son vida.

 

Al alba, termina el sueño.

Entre olores, de puntillas.

Y se destilan las noches,

con promesas de otras vidas.

La vida acude al rescate.

Con su inacabada prisa.

Y se liberan los tálamos,

de espejos de escaparate.

 

Es un enorme agujero,

que abduce lo que camina.

Oscuro como el abismo.

Inabarcable es la vida.

En sus caras infinitas.

Como oscuras son las voces,

que reclaman su justicia.

La aurora abduce a la vida.

 

Llama el velero a la aurora,

para que el mar se apacigüe.

Y que las olas no tumben,

de su timonel, los sueños.

Arrecia siempre la vida,

cuando los sueños se tuercen.

Que se calmen en el alba,

las inquietas actitudes.

 

Y la aurora, que es ladina.

Despierta al alma, que es vida.

Sonetos son los clamores,

de la vida que despierta.

Son amores sus alertas.

Y pasiones sus albores.

Amamanta al día la aurora,

con la esencia que respira.

 

 

Ángel L. Pérez ®

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07/05/2024