HUYE, TRISTEZA

Dando tumbos, camina la tristeza.

Que en soledad intensa vive inmersa.

Que vive en frías, inhóspitas celdas.

Esclava, entre dos mundos que se enquistan.

En anocheceres, se duerme presa.

Zigzagueando, entre noches y días.

¡Despierta amor, y da luz a la sombra!.

Que llegue la alegría entre la niebla.

Que suenen sin descanso las trompetas.

Que salga el Sol, hasta en las noches frías.

Los atardeceres sean la estrella.

Iluminando la oscura tristeza.

Se despiertan, como aves vespertinas.

La luz sobre las sombras, que se agitan.

Ya los jilgueros, entre luces, trinan.

Se despereza, el corazón, sin prisa.

Un proverbial sonido se adivina.

Entre las hojas, de la gris encina.

Aléjate tristeza, que te olvide.

Como se olvidan, los nefastos días.

Aléjate del Sol, que se entristece.

Que el dolor que provocas no se enquiste.

Y no nubles la luz, que alumbra el día.

Y disuélvete, en tu aureola pútrida.

Que los mares, no se replieguen nunca.

No calle el ruiseñor, ni entre las tumbas.

Que cada brizna vibre de emoción.

En las carnes que visten cada vida.

Que brille el amor, aún entre grietas.

Y suene esa canción, que anuncia nuevas.

Angel L. Perez ®

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21/09/2022

SON AMORES...

Y en los ágiles dedos se desnudan.

Los frágiles recuerdos de otras carnes.

Y van cantando a coro entre los sueños.

Las voces que se van, que no volvieron.

Y en ese devenir, por los detalles.

A veces, retornaron, los que huyeron.

Y se quedan atrás quienes perdieron.

Un lento caminar de pensamientos.

Amores son, pero perder quisieron.

Barnizados de brisas acudieron.

Y como vendavales se perdieron.

En la voraz vorágine del tiempo.

Esculpieron, en los frágiles rostros.

Versátiles surcos, muecas volátiles.

Amores son, pero pasar quisieron.

Silenciosamente vivos, como élitros.

Harto de ser humano, anda el viajero.

Y ser humano quiere, sin saberlo.

Es por eso, que erguido en su camino.

Va desbrozando sueños y verdades.

Quiere el humano ser, como las aves.

Que emigran a otras tierras, sin saberlo.

Y van dejando notas, en el margen.

Del libro de su vida, y de su verbo.

Cantar de los cantares, son sonetos.

Son poemas, amor de los amores.

Presentes, en cada invisible gesto.

Amor de los amantes, que se fueron.

En la algarabía de sensaciones.

Se cruzan las pasiones con el Tiempo.

Y al ver el corazón, que late dentro.

Se ha vuelto del revés el pensamiento.

Harto ya, de estar harto, sigue andando.

Y el vértigo se adueña de los pasos.

Ya nada se detiene, aún con el llanto.

Ni el viento frena su ímpetu tiránico.

Ni voraces las vidas, se detienen.

Ni la sangre se torne como piedras.

Harto ya, de estar harto, pero amando.

Ser verbo marchito, y no ser amado.

Angel L. Perez ®

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22/09/2022

AMOR ENTRE LAS MANOS

Ya el verso se acurruca.

En los pliegues del alma.

Se posan como gotas.

Del rocío en las hojas.

Y en tan bello mensaje.

La primavera evoca.

Besos, que son reliquias.

Que el corazón resguarda.

Aromas son las horas.

Y perfume el mensaje.

Que dejan las palabras.

Si las hábiles notas.

De una guitarra suena.

Y son las horas néctar.

Cuando sueña quien ama.

Pero, el otoño añora.

Del día sus auroras.

Más, ya no se marchitan.

Rododendros y rosas.

Ocre y gris se enamoran.

Y al bermellón adornan.

Claveles y amapolas.

El amor se ha adueñado.

Del vibrar de las hojas.

Y bailan las libélulas.

Sobre brillos que flotan.

Las aves migratorias.

Vuelven a tierras cálidas.

Sobre vientos que soplan.

Ya el verso se acomoda.

Entre las tiernas lágrimas.

Que brotan cuáles ninfas.

De una alegría ignota.

Y alegres las anémonas.

En los ojos se alojan.

Cómo mudan las horas.

Y el amor en la aurora.

Se viste entre las sábanas.

Con su porte armonioso.

Con su pausar sin pausa.

Y en el cantar sin voces.

Emergen de los poros.

La esencia que le arropa.

Amor entre las manos.

Que en el alma se aloja.

Angel L. Perez ®

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23/09/2022