CARNE DE CORAZÓN Preso de Sol, de luz ahíto. Ha vuelto el corazón, a ser de sangre un hito. Y en el atardecer de sus latidos, el niño ha renacido. Rescoldos, de un ayer vivido. Envuelto en cenizas redivivas. Salió de su sopor, ágil y vivo. Eterno es el latir, de los sentidos, que vuelven prisioneros del olvido. De cicatrices cosidas, hilo a hilo. En un amanecer, que huele a vivo. Sencilla es la canción, como el latido. Paso a paso suicida, o en un suspiro. Se rompieron las cuerdas, cuál cristal, en sinuosos senderos y laberintos. Amor, de filos y de aire torbellinos. En el anochecer de los destinos, se ha vuelto a ver el Sol, luz cenital. Envuelto en cerrazones y conflictos, ha llegado, en su carrera, invicto. Noches y días, sin alma y sin morral, ha descubierto el amor ya vivido. Estrellas quiere el Sol, para estar vivo. ¿Cómo saben las piedras, que ha nacido?, Inertes, un nuevo ser, de carne revestido. Reverdecido el musgo de la vida, en la pétre
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Mostrando entradas de septiembre, 2022
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NADIE, SILENCIE AL POETA Horas frescas que se fueron. Envueltas en carnes tiernas. Otras vendrán, y sin miedo. Volverán a hacerse viejas. Y el vaivén de las mareas. Dará frescor a la vida. Veredas que se transitan. Con pisadas de esperanza. Y pasiones, como sendas. En el filo, que se tensan. Y arropadas entre penas. Se van quedando las almas. Se van y vienen vivencias. Como las pieles se mudan. Emociones que se cambian. Al ritmo de la experiencia. Arrebatos de locura. Detrás de cuerdas andanzas. Carrera contra reloj. Para alcanzar el mañana. Sentimientos que frenar. Para blanquear el alma. Y unas gotas de sudor. De cambiar lo que haga falta. Amor que sabe a mañana. De límpidas noches sabias. Y hechizadoras miradas. Que como el vacío abducen. Y como fuentes emanan. Rojo, de sangre granada. Y caminando entre alientos. Se va acercando el mañana. Que vertiginoso acude. A beber de la esperanza. Y en el cenit de los sueños. Van llegando quie
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AMOR QUE SIGUE A OTRO AMOR La vida sigue a la vida. Que inalcanzable se aleja. En las alas del olvido. Con la nieve entre las cejas. Y en el camino hace signos. De terminar la partida. Cuerpo y mente se entrelazan. Como en un cordial ovillo. Naciendo en el estribillo. Cuando al unísono cantan. Viven las noches de ensueño. Y brillantes luces hablan. Abre las puertas, la tierra. Para que entre la simiente. Mientras las corrientes hablan. De las vidas que se fueron. Y es la eterna encrucijada. Donde se encuentran los verbos. Amores, que a otros persiguen. Con la verdad en las alas. Semblanzas de quienes viven. Con la pureza en las almas. Amores que siempre riman. La melódica esperanza. En los albores del verbo. Cuando la vida se inicia. El amor pleno se asoma. Con fuerza arrebatadora. La vida en flor se reinicia. Con las carnes tiernas vivas. Sigue el alma a otras gemelas. Que como volutas vuelan. Las llamas son, de sus cuerpos. Y a lomos de
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EN LOS LÍMITES DEL TIEMPO A los límites del tiempo, ha llegado la esperanza. Vestida de verde oliva. Brillante el rostro sereno. A los límite del tiempo, llegan con nueva semblanza. Los amores venideros, con las ropas del mañana. Bulliciosas van llegando. Las mentiras disfrazadas. Mientras suenan las verdades. Como cuerdas sin guitarra. A los límites del tiempo. Como falsas novedades. Van surgiendo como fábulas. Bordadas de terciopelo. En el límite del tiempo. Las palabras se desangran. Llegan como voces nuevas. Pero, vacuas y sin alma. Y de los justos el sueño. De las sábanas se escapan. En el límite del tiempo. Van naciendo las mañanas. Giró sin paz la ruleta. Un torbellino sin rima. Un remolino de ausencias. Que va llenando la vida. De amores, una secuencia. Con voces que no claudican. A los límites del tiempo. Arribaron las intrigas. Un laberinto de vidas. Sumergidas en la arena. Sonajeros en las risas. Para alcanzar la alegría. Y fe
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ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA Crecen las raíces entre la amante tierra. Como amantes se abrazan, enlazando sus almas. Y en sus sinuosos caminos, de andar cadente. Van dejando su impronta, subterráneas veredas. Se aferran a las manos otras manos inquietas. A los pensamientos, otros deseos se acercan. Y en ese entrelazar de fuertes sentimientos, se ha encontrado el amor, entre los dedos. Cuando los mismos sueños se entremezclan. Y llegó la penumbra, entre luz y tinieblas. Y las sombras se fueron, cuando el amor se acerca. Quedó la sombra ausente, avejentada y seca. Y los amantes vuelven, sin cadenas ni rejas. Llegó la luz radiante, entre caricias tiernas. Y se han vuelto de almíbar, las ácidas maneras. Amar entre las brumas, donde el Sol ni se acerca. Vivir en las raíces, que amantes, se cortejan. Y al comprender la tierra, el abrazo del árbol. Ofrece sus nutrientes, generosa y auténtica. Amar en la hojarasca, que cubre la existencia. Y beber de las fuentes, que
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AMOR Y SABIDURÍA Derrama el talento, el nervio. Y el pensamiento se afana. De dar a la idea crédito. E inmerso en tanto misterio. La senda busca al viajero. Y el viaje busca su Karma. Veredas, sendas y atajos. Caminos que andan los años. Surcos, arados de ideas. Que rescoldos van dejando. Complejas encrucijadas. Ocultas entre los claros. Sentado medita el sabio. Sobre la misma existencia. Y es la duda tan intensa. Que susurra entre los labios. Palabras llenas de ciencia. Que van dejando retazos. El sentimiento se exalta. Cuando la emoción penetra. En los recónditos órganos. Y va dejando secuelas. Muescas entre los senderos. Y señales en el alma. El amor cierra las grietas. Mientras prestan los poetas. La argamasa que las tapa. Y mientras, el sabio piensa. En la profunda existencia. En la más vibrante calma. Inmarcesible la ciencia. En sus inefables búsquedas. Mientras los tonos melifluos. A su alrededor pronuncian. Cómicas voces que cant
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HUYE, TRISTEZA Dando tumbos, camina la tristeza. Que en soledad intensa vive inmersa. Que vive en frías, inhóspitas celdas. Esclava, entre dos mundos que se enquistan. En anocheceres, se duerme presa. Zigzagueando, entre noches y días. ¡Despierta amor, y da luz a la sombra!. Que llegue la alegría entre la niebla. Que suenen sin descanso las trompetas. Que salga el Sol, hasta en las noches frías. Los atardeceres sean la estrella. Iluminando la oscura tristeza. Se despiertan, como aves vespertinas. La luz sobre las sombras, que se agitan. Ya los jilgueros, entre luces, trinan. Se despereza, el corazón, sin prisa. Un proverbial sonido se adivina. Entre las hojas, de la gris encina. Aléjate tristeza, que te olvide. Como se olvidan, los nefastos días. Aléjate del Sol, que se entristece. Que el dolor que provocas no se enquiste. Y no nubles la luz, que alumbra el día. Y disuélvete, en tu aureola pútrida. Que los mares, no se replieguen nunca. No calle el