
CARNE DE CORAZÓN Preso de Sol, de luz ahíto. Ha vuelto el corazón, a ser de sangre un hito. Y en el atardecer de sus latidos, el niño ha renacido. Rescoldos, de un ayer vivido. Envuelto en cenizas redivivas. Salió de su sopor, ágil y vivo. Eterno es el latir, de los sentidos, que vuelven prisioneros del olvido. De cicatrices cosidas, hilo a hilo. En un amanecer, que huele a vivo. Sencilla es la canción, como el latido. Paso a paso suicida, o en un suspiro. Se rompieron las cuerdas, cuál cristal, en sinuosos senderos y laberintos. Amor, de filos y de aire torbellinos. En el anochecer de los destinos, se ha vuelto a ver el Sol, luz cenital. Envuelto en cerrazones y conflictos, ha llegado, en su carrera, invicto. Noches y días, sin alma y sin morral, ha descubierto el amor ya vivido. Estrellas quiere el Sol, para estar vivo. ¿Cómo saben las piedras, que ha nacido?, Inertes, un nuevo ser, de carne revestido. Reverdecido el musgo de la vida, en la p...