ENTRE VILES Y CANALLAS

En el centro y en los bordes,

en el núcleo donde habita,

en la esfera en que gravita,

y suspendida en el orbe,

la maldad crece y palpita,

en un corazón de bronce,

sin alma vive y camina.

Con la cizaña no crecen,

ni en el olor nauseabundo,

de la vida que se pudre,

hay instintos que envilecen,

hay corazones que hieden,

que en cada latido expelen,

pudriendo vidas y mundo.

No existe mayor vileza,

que arrancar por la raíz,

una vida que comienza,

ni mayor decrepitud,

ni villanía más abyecta,

cuando hay lodo en la cabeza,

y en el alma porquería.

Así el canalla camina,

piensa que la vida es suya,

y que puede arrebatarla,

por ser inferior persona.

El maldito no se arruga,

en su vil preponderancia,

sin conciencia en su bajeza,

destruye lo que le falta.

El asesino en su inquina,

no mira edades ni tallas,

cercena lo que le sobra,

lo destruye y aniquila.

Su ruindad no tiene fin,

pues medra y crece en su ser,

y huele como la hiel,

su putrefacta estructura

Despreciable es su quehacer,

solo piensa en poseer,

cuerpos, personas y vidas,

y que destruye a placer.

No hay suficiente castigo,

para lavar su inmundicia,

ni grilletes ni torturas,

para su mal deshacer.

A.L. (ángel l. pérez)

NO SOY LO QUE ESCRIBO... SOY, LO QUE TÚ SIENTES AL LEERME

(anónimo).

Poesía es lo que tú construyes al leerla (A.L.).

No guardo métrica alguna... Si así ocurriera, sería pura chiripa.

 

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12/06/2021