Poemas y pensamientos

  AMOR Y VERSO Verso suelto que alteas, surcando el éter sin pausa, verso que ronda y que canta, con voz ronca o aflautada. Verso que nunca descansa, amante de los senderos, caminante de destinos. Verso, que siendo camino, hace posada en el alma. Vierte la intención la prosa, el verso mira y la canta, y la rima se entrelaza, en los hilos de sus ritmos, así, una corriente hermosa, transcurre en un roce íntimo. Verso que sabe a aguamiel, a corazón y a camino. Se fue envolviendo en susurros, se acurrucó entre los signos, dormitó entre melodías, y despertó cada día, para seducir al mundo. El verso cruzó el océano, surcó el espacio infinito, y a cada ser dio sentido. Verso suelto que nos miras, con los ojos del secreto, tanto misterio hay en ti, que hasta el amor se hace eco, de tu errante transcurrir, como un viajero perdido, de tu caricia de seda, que hace más noble vivir. El amor miró a la vida, que de

  SIN PRISA, PARTE EL VELERO Soltó amarras el velero, partió del puerto la idea, se desataron los sueños, los océanos cruzaron, viejos barcos, deseos nuevos. Soltó el verdugo las cinchas, se liberó de grilletes, salió en libertad el reo. Cuanto aprieta el odio el cuello, cuanto doblega la furia, cuanta maldad que subyuga, cuando obliga a la amargura, a dejar libre al desprecio. Partió el batel sin recelo, con la mirada tranquila, del timonel de los sueños. Verdades, que ya partieron, de corazones sinceros, de corazón y cerebros, de sabias voces sin celo. Zarpó el sueño sin demora, pleno de vida y anhelos, y en la sudorosa frente, perlados de amor los versos. Caminos que transitar, cuando se parte del centro, donde amores se concitan, para lograr sus deseos. Mares, que encrespan los días, de furiosos oleajes, que van dejando cadáveres, de víctimas de la inquina. El vaivén de las corrientes, va zarandeand

  SOMBRA Y CUERPO La sombra viaja conmigo, a donde quiera que voy, pero no sufre, ni llora, y no me hace reír, pegada a mí se desliza, de espaldas y de perfil, siempre se mueve conmigo, sin un gesto, ni un desliz. Tierra mía que sustenta, a mi sombra y a mi cuerpo, acógeme entre tus brazos, que quiero ser el terruño, de tu vientre de respeto. Sombra, que no me das sombra, sígueme, que yo te quiero, y el día que me abandones, seré un soplo de los tiempos. La sombra viaja conmigo, como la sangre y el cuerpo, al mismo ritmo camina, que se mueve mi esqueleto, y tozuda y persistente, se pega a mí con esmero. Negra sombra, que no arropa, que ni abraza ni da besos. Me acompaña cuando amo, cuando río y cuando bostezo, es la sombra de mis días, de enérgicos movimientos, que se queda agazapada, cuando duermo, por respeto. De grises a negros torna, de diminuta a enorme, si la luz cambia sus efectos. La sombra

  QUE LEJOS, QUE CERCA Se fue acercando despacio, reptando sobre los tiempos, sigilosamente auténtico, con los labios entreabiertos, en un rictus que delata, su febril desasosiego. Se fue acercando despacio, como un virus traicionero. El odio cala y se extiende, como una plaga maldita, y va infectando los órganos, que inconscientes parasita. Su voz es terca y cortante, su tono recio y suicida, soeces formas y modos, huecas y vacías sus citas. Se fue acercando despacio, con los ojos entreabiertos, asombro en lo que se mira, inexplicables acentos, enarbolando la ira, como un pendón desvaído, los lacayos se revuelcan, en la roña de sus dueños. Valor, que cruza la línea, cincelado en el respeto, que transforma la mentira, en verdades sin complejos. Se fue acercando despacio, el honrado y el sincero, y van barriendo los lodos, que los polvos nos trajeron. La vida siente y respira, con tonos entrecortados,

  BUSCANDO, SU PROPIA VOZ Buscando su propia voz, viajó entre nubes y claros, cantó sin oír su canto, y sintió su desencanto, cuando buscó y no encontró, de su corazón el pálpito. Canta el ruiseñor su trino, sin pentagrama ni piano. La voz se queda en los labios, presa de celo y temor, porque mente y voz no llegan, a comprenderse mejor, en un susurro se queda, voz que quiso ser tenor, el viento se quedó a un lado, esperando al ruiseñor. Canto, que al corazón llega, potente como un latido, a la emoción sometido, que el sentimiento recrea, para alterar los sentidos. Verso musical que espera, a algún corazón amigo, a un amante que le quiera. Busca incansable su voz, que sintonice con su alma, vive en su desesperar, como una vibrante nota, que no deja de sonar. El corazón se desborda, la mente atenta rebota, y están los cinco sentidos, en el pulso de sus horas. Voz que clama y que seduce, voz que se torna

  MENTE Y CORAZÓN SE MIRAN El rostro vuelto a la senda, los ojos al frente miran, la mente abierta al sendero, el corazón, que lo sienta, y la mirada sincera, a lo lejos y de cerca. Sentimientos que se agolpan, de puro sentir auténticos, y el perfume de la tierra, acompañando al viajero. Semblante de finos rasgos, piel dorada que enajena, marfil que guarda la entrada, rojo bermellón los labios, como faros son los ojos, de sedas abanicados, la frente limpia y serena, de finas sendas bordada, y dos sinceras pupilas, que observan y lo ven todo. Mira atento el ruiseñor, lo que acontece y abarca, precisa, su vista alcanza, lo más grande y lo menor, y a pesar de ser pequeño, ve al más mínimo insecto. Otea, el halcón desde el aire, a la más pequeña presa, su experta mirada otea, la pradera más extensa. Hay quien mirando no ve, hay quien observa y no mira, hay quien tan solo se mira, y lo que ve no analiza, y n