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  COSMOPOLITA AMOR Se quedaron solos. Los sueños, de infancia. Archivados fueron. Como balbuceantes. Perdidas palabras. Y en la adolescencia. Surgen nuevos sueños. Hablan lenguajes distintos. Pero es libre el pensamiento. No tiene color ni idioma. Como el amor, que, sin dueño. No sabe de país, ni límites. Ni tampoco el sentimiento. Palabras, solo palabras. Cuando habla el silencio. Y en los ojos, como espejos. Se refleja el Universo. No hay idioma que resista. Ante el amor más sincero. Hay encrucijadas múltiples. Y multitud de experiencias. Hay colores, como luces. De un calidoscopio cíclope. Más la mirada es la cúspide. De la verdadera esencia. Caminando sobre ascuas. Va el viajero caminando. No importa el color de piel. Solo los pesados pasos. Que, como en un amigo fiel. Valen los pasos que pasan. No entiende el amor, de idiomas. Ni de colores ni acentos. Habla como el Universo. Para quien quiera escuchar. La vida transcurre igual. ...
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  JAMÁS SE RINDE... La vida salva a la vida. Al estrechar con sus brazos. La existencia que se pierde. Como sus brazos, la esencia. Que en esencial la convierte. Amor, que al rescate viene. Como un héroe de novela. Mientras el valor sostiene. El equilibrio que pierde. En el lecho de los sueños. Donde se recrea la vida. Van resonando los días. Como cantos de las vidas. Que en la realidad pasaron. Indicios de una experiencia. Cuyas huellas ya dejaron. Los pasos de su existencia. Nunca se rinde la vida. Aunque la muerte la aceche. Lucha con todas sus fuerzas. Nada frena ni detiene. El impulso que la impele. Salvando obstáculos pasa. De puntillas o al galope. O al trote sigue su ímpetu. La vida salva a la vida. Porque es su naturaleza. Mientras el amor cautiva. Cada instante de vivencia. Se prodiga la nobleza. Cuando el corazón es noble. Y la razón se libera. Con la verdad y la belleza. Salva el amor a la vida. Cuándo la vida flaquea. Amand...
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  A CONTRALUZ... Penumbras en el jardín. Donde la luz se mariza. En el claro amanecer. Claridades en las hojas. Que son pétalos del alba. Cuando se levanta el sol. Y se despiertan las noches. Amantes hay en la flor. Siluetas a contraluz. De imágenes del pasado. Lado oscuro de la luz. De las sombras que quedaron. En el beso que quedó. En la penumbra, amarrado. Visiones que hablan de halos. En la inquietante quietud. Van marcando las luciérnagas. Con sus luces el camino. Los amores, como ráfagas. Van buscando a los sentidos. Que deambulan como náufragos. En, la inmensa mar, perdidos. Amar besando los pétalos. Que a contraluz han nacido. Cabellos contra la luz. Que, como hilos de plata. Van brillando sin palabras. En la entrecortada luz. Señal, son, de brillantez. En la nacida mañana. En las sienes plateadas. El amor, sus almas, guarda. A contraluz van las vidas. Que, entre la luz y la sombra. Luciendo cuáles estrellas. Reflejando su inqui...
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  HUELLAS DE AMOR... Por el camino, encontró. Un fragmento de conciencia. En su azarosa existencia. A veces, perdido el Norte. Piensa, que estaba en el borde. De alcanzar la plenitud. Así, cambiando, se halló. En el brillo de la luz. Siguiendo las viejas huellas. De sabios que las grabaron. La claridad va encontrando. Con cada dudoso paso. Salva ágil los obstáculos. De la traicionera senda. Y no valen las prebendas. Ni los falsos abalorios. Cancerígenos los pasos. De aquellos falsos profetas. Que, la ponzoña, dejaron. En cada siniestra huella. Sin el amor necesario. Sin la auténtica nobleza. Construidos con el barro. De las apestosas ciénagas. El amor llamó a la puerta. Con insistente impaciencia. Para entrar como la brisa. Acariciando las penas. Hay sonidos estridentes. Como violentas fierezas. Y los hay, como el latido. De un corazón que se acerca. Y fue escalando colinas. Y sus empinadas crestas. Driblando las falsas huellas. De los ...
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  UNA SONRISA. Sintió su sonrisa. Giró la cabeza. Una mariposa, bailaba en sus labios. De su magnetismo. Tenia la certeza. Como una corriente, que el pulso acelera. Que atraviesa todo. Que todo lo impregna. Y en aquella boca, de labios de grana. Los dientes de nácar, en su faz destacan. Como una barrera, que cruzar quisiera. Aquella mañana. De aquella manera. Sintió que el vacío, que el tiempo alimenta. Se llenó de golpe. Completó su merma. Alteró su esencia. Colmó su existencia. Succionó su mente, para enriquecerla. Despierta la Luna. Cuando el Sol repliega, sus cálidos rayos. Dando al Sol las gracias, por su gentileza. Y en la Luna llena, de los soñadores. Las mágicas voces, entonan su canto. Presagio de magias. De duendes y meigas. De versos y notas. De romper fronteras. De cruzar los límites, que las normas vetan. Aquella sonrisa. De aquella manera. Ordenó sus sueños. Derrotó sus retos. Alivió sus penas. Y aquella mañan...
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  CREE EL TIRANO… Cree el tirano que es el dueño. De lo que su vista alcanza. Mientras se llena la panza. Con la carne de sus víctimas. Los súbditos se doblegan. Por la mentira y el miedo. Desde su atalaya sueña. Con ser del mundo su dueño. La corriente se lo lleva. Al barquito de papel que, perdido. Al navegar sin timonel. No sabe. El destino que le espera. Pero, es libre como el viento. Que al socaire azota al necio. Cree el tirano que es el rey. Pero “el pueblo salva al pueblo”. Sueños hay en el remanso. Del descanso que me sueña. Cuando el río, llega al lago. Entre sus brazos se acuesta. A veces, el huracán. Hace añicos. Lo que sin rumbo se encuentra. Y el tirano que nos mira. Cree ser el amo del río. En las hojas el rocío. Brilla. La, más fulgurante, estrella. Del infinito Universo. Del que se cree que es el dueño. El dictador que fustiga. Con el látigo del miedo. A quien por debajo exista. La libertad, pena y grita. Hablan las voces...
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  LA VIDA RETA A LA VIDA Corazones al acecho. Esperando al sentimiento. Que se resiste a asomarse. A la vida, que le espera. El eterno duermevela. Qué transcurre en el soñar. Corazones, sin piedad. Amantes los soñadores. Caravana de nostalgias. Qué recorren pensamientos. Mientras sienten en el sueño. Los recuerdos que preceden. Auroras y amaneceres. Siembran la vida de amores. Con el alma, que es el hálito. Que, se escapa, en el aliento. Conductores sin licencia. Conduciendo en la locura. Raudos como los fugaces. Rayos de amor que se eclipsan. Lanzados sobre las ruinas. De los amores suicidas. Raudos como pesadillas. Veloces como la ausencia. Soñadores en el lecho. Sin el tálamo que embriaga. En las noches, cuando el alma. Se detiene ante el deseo. Y en el febril forcejeo. Abre los brazos, la calma. Para detener el tiempo. Susurrando bellos versos. Corazones al acecho. Esperando los gemidos. De amantes que se perdieron. Cantos de verdad...