Poemas y pensamientos

  BUSCANDO LIBERTAD Cansado está el viajero, del caminar errático. Como un beodo, andar, con los dudosos pasos, de unos pies, sin descanso. Y al tiempo, reclamar, que su andar, sea fantástico. Sin hallar el sendero. Poliédrica es la vida. Cuajada está de aristas. Cuál infinito prisma. Con un sinfín de esquinas. Y en múltiples facetas, deshojar margaritas. Me quiere, o me querrá, las hojas te dirán. Y en ese tobogán, que, veloz, te desliza. Caer sobre las vidas, que viven los demás. Deambulante camino, que lleva hasta el final. Donde estará el destino. Paciente y sideral. Caminante en el ritmo, de la vida entre rimas. Y oculta en cada esquina, expectante estará. La otra vida que vibra. La que envuelta en la brisa, ve a otra vida pasar. Un corazón palpita. Las sinuosas sendas, que el viajero atraviesa. Serpenteantes quimeras, que se alejan sin más. Y un aluvión de esquirlas, que salpican las vidas. Vivencias, que son ricas, siendo vidas

  AMORES, ENTRE LAS LÍNEAS Donde quedan las promesas. Que entre sueños se gestaron. Donde las palabras frescas, que en el amor maduraron. Y como se evaporaron, las caricias más sinceras. Recuerdos en el baúl, donde se guardan los sueños. Que ocultos en el vivir, al soñar vuelven de nuevo. Y en el sopor, viven aún, los amores que se fueron. Canta sin cantar el verso, que se desliza en silencio. Primaveras en los gestos. Y miradas en los restos, que quedan en los recuerdos. Caminantes que se fueron. Verde el amor, gris el tiempo. Momentos por consumir, pletóricos de deseos. Y unos labios carmesí, que a gritos piden un beso. Sigue la vida el sendero. Y en tan solo un parpadeo, se va descubriendo el resto. Lo que quedó sin vivir. Vive el águila en su vuelo. Y el alma, en su devenir. Amantes quieren los versos. Cansada está la vida, de ocultar sus misterios. En las más profundas simas, donde se nombran los sueños. Tan corta es la travesía. Sin

  DE SUEÑOS Y REALIDADES Llegan aromas profundos, que emanan de cada piel. De cada poro del mundo. De cada amor, cada ser. Y ese perfume abisal, impregna cada segundo. Emergen, como los árboles. Cantarines manantiales. Como pétalos que crecen, de los granos fecundables. Cada suspiro que sale, en los corazones nace. Llegan aromas de un mundo. De un mundo de realidades. Ecos, de un sueño profundo, que se nutre de ideales. Y lo que cabe en un puño, impregna tierras y mares. Emergen como planetas, de universos ancestrales. Como los raudos cometas, en los mundos siderales. Brillantes son, como estrellas, los pensamientos que nacen. Sabe a amor lo que alimenta. A néctar la esencia sabe. Sabores de la experiencia, de auténticas realidades. Sabe a amor lo que alimenta, cuando de lo bello sale. Emergen, como raíces, que sustentan lo que crece. Como nacientes tentáculos, que abrazan al ser viviente. Y como manos sostienen, la vida, que es como un p

  UN SILENTE CAMINAR No se rinde el corazón, aunque se rompan los sueños. Ni se doblega el amor, aunque se someta al reo. No claudica la razón, si lo que vibra es auténtico. Palabras como luceros, que señalan el camino. Y universos infinitos, que muestran lo verdadero. Y cenitales senderos, que descubren lo vivido. Corazones como ríos, de corrientes turbulentas. Que buscando su camino, arrastran piedras y arena. Y amores, como sonidos, que se deslizan a tientas. No se rinde la verdad, si la senda es verdadera. Ni se entiende lo de fuera, si no se mira por dentro. El amor, que nunca espera, sabe de verbos y tiempos. La vida es como un suspiro, que escapa de las entrañas. Abre los ojos con miedo, al descubrir lo que entraña. Pero, su fuerza es un grito, que llega hasta el Universo. No se rinde el corazón, aunque arrecie el temporal. Ni se humilla la razón, ante el brutal vocerío. En un turbulento río, sale a flote la verdad. El amor es e

  DE BERMELLÓN EL AMOR De marrón se pinta el campo. Y de azul diamante el cielo. Rojas las llamas del fuego. Las sombras visten de negro. Multicolor es la vida, con sus brillantes espejos. Se dibujan entre sueños, los esbozos de las vidas. Con colores de esperanza, y de penas ya sufridas. Las mañanas, ya son blancas, en auroras renacidas. Amanece en el vivir, con sus ropas variopintas. La sombra de intenso gris. Y de carmesí las rosas. El tiempo, incoloro, mira, con ojos que no se nombran. Pintan las vidas de gris, las nostalgias que se hacinan. De bermellón el amor, que se enciende como brasas. Y el latente corazón, de rojo late en su estancia. Vestido con el barniz, que van luciendo los años. Va reptando, cuál áspid, el verbo con sus encantos. Es más intenso el latir, si el devenir es más rápido. Amores de cicatriz, cuáles surcos, ya pisados. Promesas, visten de gris, si imprecisos son sus rasgos. Y el canto, torna feliz, cuando el amor

  AMOR ENTRE LAS FISURAS Veloces como cometas, pasan como meteoros. Dejando a su paso huellas, que van borrando otras nuevas. Su camino es pedregoso. Son sinuosas las sendas. Y se tornan en recuerdos, cuáles indelebles muescas. Más, hay pasos sin sendero. Huellas que se difuminan. Marcas, que diluye el tiempo, con la fuerza de sus días. Y, como un arte de magia, se suceden las escenas. Que, a su pesar, no claudican. Caminante entre los tiempos. Cuyos pasos determinan. Con la fuerza de sus hechos, que a la existencia iluminan. Templa el viajero, el acero, con el fuego de sus días. Y no cesa en ser pionero. Se va alargando el pasado. El presente gime y grita. Mientras se asoma el futuro, entre las profundas grietas. El viento peina las sendas, que acaricia con la brisa. Y el amor, llama a la puerta. Veloces como saetas, viaja el verbo entre los tiempos. Con las armas que le dotan, sus fantásticos anhelos. Y el corazón, que palpita, le da color

  AMOR ENTRE LAS LUNAS Silencioso y profundo, como un pozo sin fondo. Enigmático y mágico, cuál sueño interminable. Y lejano y errático, como un suspiro al aire. Cabalga entre la bruma, con alas de murciélago. Y vuela en la montura, del alazán alado. Su destino es la vida, que camina a su lado. Su nombre es maravilla, y su amor es el halo. El halo de los días, que su alma va dejando. Envuelto entre reliquias, el silencio es estático. Amante entre los cirros, de sueños encontrados. Veloces los recuerdos, que emergen como vahos. Mientras tanto, los magos, hacen muecas y guiños. Silencioso y profundo. Como el arcano mundo, que en silencio se ha ido. Primaveras que fueron, en alas del misterio. Errantes cuál vahído. Amor entre los mitos, de melodías de ensueño. Ágiles son los sueños, que en el amor son hitos. Cuál versátil recuerdo, que se pierde entre anhelos. Amor entre las lunas, de níveos recovecos. Ángel L. Pérez ® SOY LO QUE ESC

  MIRANDO SIN MIRAR Una mirada es un mundo, que proyecta su sentir. Y su mirar quiere ir, donde exista lo profundo. Refleja todo un submundo, que está deseando salir. Cada mirada es un verso, que se escapa al Universo. Un rayo de inteligencia, que busca donde existir. Cada mirada es un beso, que va buscando otro beso. Se quebranta la mirada, cuando el temor está cerca. Y las pupilas titilan, ante el miedo que las cerca. Mirada, que habla por dentro, para no exponerse afuera. Mirar, que ofrece la vida, y mirar que te la quita. Mirada, que te hace trizas, o al mirarte te suplica. Al mirar en las rendijas, la verdad se visualiza. Pero, mirando sin ver, pasan seres de puntillas. Otros, viendo sin mirar, descubren lo que palpita. Al sentir, que alguien nos mira, se siente algo florecer. Hay miradas que perdonan, y miradas que acuchillan. Ojos, que mirando miman, y ojos, que te crucifican. Otros, miran por encima, porque así, te subestiman.

  VERSOS QUE MIRAN Así se van jalonando, los hechos de la existencia. Retazos de la experiencia, en el corazón, grabados. Instantes, que como muescas, en la conciencia se plasman. Se teme al mar, y se le ama, por su inmensidad y fuerza. Como se teme al dolor, por las heridas que deja. Y van quedando guedejas, que en la memoria se plasman. Amor entre las costuras, de cicatrices que quedan. Recuerdos, que cada día, vuelven, como letanías. Son, de la experiencia esquirlas, de añoranzas que regresan. El tiempo al dolor mitiga, con sus bálsamos, que sedan. El hambre de amor, no cesa, aunque las sienes blanquean. Y la vida, que es auténtica, dribla sin temor las penas. Así, se van jalonando, los peldaños que nos quedan. Mientras los espejos miran, con su mirada impertérrita. El tiempo suaviza el borde, de las rebabas que quedan. Amores que se entrelazan, con las trampas que se crean. Prendidos de los recuerdos, viven los hechos que medran. Y en