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  SIN DESCANSO... Como, aspas de un molino. Que, el viento libre, obedece. Así, al tiempo se doblega. La vida, que es pasajera. Del navío que la lleva. Va recorriendo caminos. Sin descanso, se defiende. Busca el ser, tener la suerte. De encontrarse, de encontrar. La vida, que se merece. Más, el camino es angosto. Frío, a veces, o es ardiente. Tiene que salvar los filos. De la muerte, del azar. Senderistas, que buscáis. La esencia de vuestro ser. Y, en el sinuoso andar. Cada paso es el saber. Del mundo, y su oscuridad. Herramientas, son los pies. Que, te llevan, más allá. Amores, que al paso salen. Para, al viajero, ensalzar. Con la aventura, que está. En cada huella que deja. La vida es una madeja. De sinsabores y dichas. Amor, que, de dentro, sale. Como, aspas de un molino. Que, al viento, libre, obedece. Va el caminante, al impulso. Del imparable destino. Nada ni nadie entorpece. Solo, el tiempo, que, difuso. Va señalando el camino. ...
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  LATIDOS... La vida gira sin rima. Cuando mengua el corazón. Y se apaga la pasión. Que, le mantiene con vida. Así, se pierde el amor. Que, entre latidos, se olvida. Hay amores que se ocultan. Pues nunca encuentran su sitio. Y ateridos, solo deambulan. Vagando sin un destino. Náufragos, como beodos. Sin otro amor, siempre solos. Corazones, que se olvidan. De su auténtico destino. Caminando, entre lo vivo. Y lo efímero, que imita. Con el alma en el camino. Vacío de amor y sin vida. Arrítmicos los latidos. Que, en el corazón, fenecen. Hojas secas, al socaire. Que, el furioso viento, mece. Latidos, tal, gavilanes. Volando, sin un camino. Corazón, que amando vaga. En dos mundos paralelos. Entre olvidados senderos. Sin encontrar quién le siga. Sin el calor de un amor. Que, haga posible su dicha. Latidos, que al ritmo, siguen. A otros latidos amigos. De la mano, los suspiros. Que, las dos almas emiten. Amor de amor, que palpite. Vidas, que ...
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  BUSCAR, BUSCAR… El verso entre dos verdades, busca, nadando, su sino. Busca un cuerpo que le acoja. Anhela vivir en él. Y dentro, con él soñando, buscar la rima perfecta. Que haga felices a ambos. Busca el marino, el destino, donde atracar su velero. Que dé vida y contenido, a su errática existencia. Busca un lugar, donde el ego, quede, en el fondo, perdido. Y que aflore la belleza, que de sentido a su sino. Entre dos sueños, quedó. Perdido entre dos segundos. Balanceando su existencia, como el columpio de un niño. Quedó entonces atrapado, creyendo que era su sitio. Perdió después su equilibrio. Y de esa guisa cayó, rodando en el precipicio. Busca el olor la nariz. Busca con ansia el perfume. Busca la esencia que llene, su transitar, de fragancias. Busca un poco de belleza. Que de saber revestida, le acompañe en sus andanzas. Busca el corazón, su doble. Persistente a su gemelo. Y busca vivir en el. Esperando que el gemelo, también, vi...
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  SOMBRAS... La oscuridad viene a verle. Va de luto y embozada. Más, transparente, translúcida. Pues, atraviesa a la vida. Unida a la luz, camina. Con paso armonioso y firme. Sombra oscura, que levita. Que, parasita y encubre. La claridad que palpita. Y la verdad, que se agita. En las grises realidades. Capa, para que se oculten. La oscuridad vino a verle. Con, tela negra, de lujo. En una tela de embrujo. Sabía, tétrica y nostálgica. Siempre presente, errática. Una noche, que se pierde. Pero, huye despavorida. Si el amor, se hace presente. Por las luces que, desprende. De su rayo, incandescente. El amor cubre, a la sombra. Cegador, que la disuelve. La oscuridad, viene a verte. Con su ennegrecido rostro. Pretendiendo, que te ocultes. En la sombra de sus pliegues. Mientras, se esclarece todo. Sí la luz, rompe su músculo. Amores entre las sombras. Plenos de versos y ósculos. Ángel L. Pérez ® SOY LO QUE ESCRIBO Y LO QUE TÚ SIENTES AL LE...
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  LAS MIRADAS... Miró, cómo mira el niño. Con la verdad en el semblante. Ojos, que miran sin trabas. Cuando, lo bello se mira. Con asombro y con las dudas. Mirada limpia, que abruma. Mira el mar al cielo azul Y el Universo le mira. A su vez, como un vigía. Mirando pasa la vida. Quien, sin ver, todo lo mira. El abismo, también ve. Se fue, mirando detrás. Con la mirada perdida. Perdida, en el más allá. Donde el recuerdo respira. Con los ojos del saber. Que, se fue, sin despedida. Hay miradas, que atraviesan. Gruesos muros, que las frenan. Y las hay, que levemente. Se posan, como una pluma. Hay miradas muy vehementes. Y miradas, que te besan. Mirando, quedó el jilguero. A sus hambrientos polluelos. Igual, que mira el hambriento. A las opíparas cenas. Del poder, que le desprecia. Hay miradas, que son versos. Miró, cómo mira el mundo. Como el amor cuando, mira. A lo bello que palpita. A, veces, con el reproche. De las causadas heridas. Ot...
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  CÍRCULOS… Solo queda una cosa. Y completar el círculo. Un pequeño detalle. Un asunto minúsculo. Una leve rendija. Donde esconder el mundo. Un sonoro portazo. Que descubra la herida. Perdido en la maleza. Que a pelear te obliga. Bate el búho las alas. En busca de vigilancia. Y el tiempo transcurrido. Entre cada batida. Se disuelve la niebla. Que cubre sus mejillas. Lejos queda la senda. Donde pasó la vida. Y el calor de aquel cuerpo. Que curó las heridas. Fuera quedan las ganas. De los ojos que miran. Y la sangre se espesa. Al llegar la mañana. Hay temblores ocultos. Hay pasadas trincheras. Y lugares que nunca. Sobreviven a ella. Titilante la sombra. Bajará hasta la tierra. Extendidas sus alas. Dando sombra a la aurora. Se ha quedado dormido. Sobre el mar que le arropa. Y las aguas profundas. Peinarán sus cabellos. Con la voz de las olas. Solo queda un resquicio. Donde vive su boca. Donde el tiempo se hunde. Para cantar a solas…...
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  HAMBRE... Hambre de amor, tiene el ser. Espera, en su vida, hallarlo. Y va disparando dardos. Cupido, que es el arquero. A veces, es muy certero. Otras, erró, sin más, el disparo. Hambre de justicia, el hambre. De saber, hambre el curioso. Y de valor, tiene el cobarde. Que, le da miedo, hasta el miedo. De pan, la tiene el hambriento. Y el honrado, de respeto. Hambre de agua, tiene el río. De libertad, el albedrío. De sangre, tiene el latido. Y de verdades, lo escrito. Que, en la mentira, se esconde. Hambre de linaje el conde. Hambruna el aventurero. Que, del riesgo, se alimenta. Y, de versos, el poeta. Que, le guía, el pensamiento. De recuerdos, los nostálgicos. Que, en ellos, halla consuelo. Ansia, tiene el poderoso. Que, de oro, no se sacia. Su irrefrenable avaricia. Y, son, voraces, sus arcas. Siempre, parecen vacías. Al siervo, mira dudoso. Quienes de amores se llenan. De amores, viven soñando. Pues, el amor no se cansa. De alim...